No callar más el maltrato y la violencia

Alicia Vázquez junto con sus hijas, Nilsia, Irazema y Lenny.Archivo, ABC Color

Alicia Vázquez, paraguaya, fue a vivir a Buenos Aires, en Barracas, en la Villa 21, hace poco más de dos meses, días antes de que inicie la cuarentena y el cierre de fronteras. En la Argentina, la cuarentena obligatoria inició el 19 de marzo. Alicia migró en busca de mejores condiciones de vida para ella y sus tres hijas, Lenny, Nilsia e Irazema.

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“En febrero ante una situación económica muy difícil que estuve atrevesando por cuestiones de salud y encima delante de una crisis sistemática que se viene soportando en Paraguay – no nos permite salir o flotar como personas– me vi obligada a migrar con mis tres hijas. Yo vine con una propuesta clara para trabajar con mi hermana en la costura. Ella vive en la villa y se dedica a este rubro, y como también es lo mío vamos a trabajar juntas”.

Alicia comenta que fueron muchos los motivos para ir a otro país, pero lo que más la llevó a eso fue el deseo expreso de su hija Lenny de estudiar. “A ella le gusta la escuela técnica que se enseña en Buenos Aires. Hay un ambiente triste en este contexto de encierro por la cuarentena, por la imposibilidad de salir a trabajar, la falta de alimentos y la violencia doméstica que sufren muchas paraguayas en sus hogares en la villa”, refiere.

“Mi preocupación como madre ante esta pandemia es la suspensión de las clases escolares, estar encerradas. Mis hijas que no están acostumbradas al encierro les cuesta mucho. Ojalá que todo esto pase. Quiero enviar también un mensaje a las mujeres paraguayas madres o no en este día tan especial, que no nos callemos más ante tanta violencia, que no nos dejemos maltratar, no suframos más por la opresión, el maltrato y el machismo. Que nos cuidemos de las agresiones de la violencia y cuidemos a nuestros hijos e hijas”, señala.

En estos meses de poca estadía en la Argentina, Alicia dice que el Gobierno paraguayo no se preocupa de sus compatriotas en Buenos Aires. “Hay un abandono total, hay muchas familias paraguayas viviendo en las villas que no tienen para comer. La situación de muchos compatriotas es muy difícil por el hecho de que la mayoría trabaja en la construcción y son empleadas domésticas, ahora no van a trabajar. Entonces la situación se torna aún más complicada. Hay que batallar bastante para poder sobrevivir. Lo bueno es que hay comedores en cada esquina donde se le ayuda a la gente que necesita. Esta pandemia parece más bien una oportunidad para excluir y empobrecer aún más a la clase trabajadora”, lamenta finalmente Alicia.

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