Transportes y generación de desechos

Una de las prácticas comunes que vemos a diario son las basuras que son arrojadas desde los colectivos y automóviles o desde cualquier transporte.

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Los desechos más comunes arrojados son: cáscaras de frutas, botellitas de plástico, latitas de gaseosas, envoltorios de alimentos, entre otros, que van contaminando nuestras calles y ciudades.

Todos sabemos que la comunidad es el lugar que compartimos las personas, y el medioambiente es el espacio que disponemos para convivir armónicamente. Vivir en espacios ecológicamente saludables es lo más deseable, pero lastimosamente hemos hecho de nuestras calles un inmenso basural.

La práctica negativa de arrojar basuras desde los rodados, se contrapone sustancialmente al artículo 7 de la Constitución Nacional en el que leemos: «Toda persona tiene derecho a habitar en un ambiente saludable y ecológicamente equilibrado».

Alguna vez habremos escuchado que «El orgullo de una comunidad está en tener calles y plazas permanentemente limpias». Esto, además de ser saludable, hace referencia al grado de civilización de una determinada sociedad.

El lugar donde vivimos debe ser cuidado y preservado por todos, en el sentido de que en la comunidad conviven las personas, y estas merecen ser tenidas en cuenta; es decir, las personas somos sujetos de respeto.

En una sociedad, tirar basuras de todo tipo desde los colectivos, es avasallar los derechos de los demás, es algo así como sacar la basura de nuestra casa y llevar a quemar frente a la casa del vecino, haciendo que el humo lo afecte a él y a toda la comunidad.

Vivir en sociedad implica responsabilidad en la que cada miembro está llamado a regular sus acciones, por la sencilla razón de que vivimos rodeados de personas, y esto significa que nuestras acciones están condicionadas por los derechos de los demás.

El principio constitucional que hemos mencionado es prácticamente letra muerta, por la sencilla razón de que nadie lo cumple. Todos los días generamos cantidades importantes de basuras arrojadas desde los rodados, pero nadie se inmuta, ni las autoridades que deberían hacer cumplir las normativas de respeto al medioambiente, tampoco los ciudadanos que miramos con indiferencia y evitamos intervenir, tal vez, más por comodidad.

Para corregir esta mala acción ciudadana, en el 2014, la Municipalidad de Asunción lanzó la campaña «Viajero limpio», que pretendía concienciar sobre la correcta disposición de las basuras a las personas que viajan en ómnibus. Para llevar a cabo esta interesante acción, realizó un convenio con el Centro de Empresarios del Transporte Público del Área Metropolitana (Cetrapam), a fin de que en cada bus existan unos basureros, lamentablemente, como todas las veces ocurre, el proyecto cayó en saco roto. Uno por la desidia de las autoridades de darle seguimiento al proyecto y, otro, por la inconsciencia ciudadana. Así como están las cosas, la práctica de arrojar basuras desde los colectivos seguirá campantemente.

Recuerda, anota y practica.

Si se descubre que una persona se dispone a tirar su cáscara de banana, latita de gaseosa o algún envoltorio a través de la ventanilla del colectivo, el buen ciudadano debe intervenir amablemente para mostrar o indicar la práctica correcta para deshacerse de las basuras.

Actividades

1. Opina acerca de la práctica negativa de arrojar basu- ras desde los colectivos, autos, otros.

2. Responde.

a. ¿Por qué es una práctica negativa?

b. ¿Qué significa ser un buen ciudadano?

3. Comparte tus logros con tus compañeros.

Fuente: RIQUELME, C. 2014. Vivir en un ambiente saludable. Consultado 8.5.2019. Disponible en https://bit.ly/2JKJMcw

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