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“Entre los factores de riesgo se encuentran las mujeres mayores de 40 años, hombres con más de 60 años, obesos, reposo prolongado, postcirugía cardiaca, abdominal o parto”.
La trombosis de vena profunda puede ser asintomática, según explica, o se manifiesta con calor y dolor por encima de la vena. “Hay dolor e inflamación en la parte del cuerpo afectada, enrojecimiento de la piel, el tratamiento puede ser quirúrgico, con aspirina o heparina”.
El tratamiento kinésico o fisioterapéutico consiste en la prevención, ejercicios, deportes, hidroterapia, natación, ejercicios respiratorios y vendajes, “incluye medicinas para aliviar el dolor y la inflamación, deshacer los coágulos e impedir la formación de otros nuevos”.
La profesional aconseja mantener el área afectada elevada y aplicar calor húmedo. “Si va a realizar un viaje largo en automóvil o avión, haga pausas para caminar o estirar las piernas e ingiera mucho líquido, los ejercicios siempre deben ser implementados gradualmente”.
Si el paciente está encamado el fisioterapeuta realiza ejercicios pasivos y luego activos. “Los aparatos que se podrían utilizar son: presoterapia, magnetoterapia, ejercicios para andar correctamente, presionando las plantas de los pies y contrayendo los músculos de la pierna. Se flexiona la articulación del tobillo al máximo para aumentar el flujo sanguíneo”.