Música entre amigos, una medicina

El Hostel Casa de Anel es desde hace mucho tiempo el escenario para el desarrollo de una movida cultural que se viene gestando cada vez con más fuerza en la zona de Ypacaraí y alrededores. Actualmente el sitio cuenta con una nueva administración para seguir potenciando las propuestas artísticas, motivo por el cual este año lanzaron el ciclo “Domingos de enero”, que comenzó ya el domingo pasado con Salamandra, y es impulsado por Ikatú Producciones. El concierto se iniciará a las 19:00, con entradas a G. 30.000.

Esta noche actuará un morador emblemático de Ypacaraí: el Doc Ayala, quien vive rodeado de la naturaleza que brinda su ciudad. Así también, el músico vive rodeado de arte, pues con su guitarra y sus melodías va forjando lazos que le permiten vivir la música. En ese sentido, Casa de Anel es un punto en el que convergen músicos de todas las generaciones y que también beben de las inspiraciones que genera el Doc. Pero él afirma también que tiene mucho por aprender de la nueva camada de músicos que se está abriendo paso.

El Doc comentó en entrevista con ABC Color que interpretará sus temas propios como “Hombre niño” o “Arroyo”, que compuso para su ciudad, como también “algunos otros temas que hicimos aquí con los muchachos”, comentó. En ese sentido, resaltó que lo interesante es que siempre que se reúnen nace alguna que otra nueva canción, sin pensar en el proceso como algo forzado. “Así suceden las cosas buenas. Tengo esa suerte de estar con estos muchachos muy apasionados con la música, muy inteligentes y creativos. Eso es suficiente, solo hay que mantener esa amistad y armonía para ir creando las cosas”, reflexionó.

Esos amigos suyos, que se hicieron cercanos gracias a que son amigos de sus hijos, son “los Zacher, Cachito

Galeano, Starky Villagra, Pepino Rodríguez, Carlitos Centurión, Víctor’i”, recordó entre risas, y afirmó que ellos estarán tocando con él hoy como también otras personas que se irán sumando. Indicó que sus hijos crecieron a la par que estas personas, y que es motivador ver cómo cada uno tiene una línea musical. Entre sus amigos, dijo, tiene “muchachos del rock, del jazz, de la música folclórica, pero todos estamos unidos y compartimos juntos nuestra musicalidad. Es notable eso porque yo tengo mi repertorio, pero ese repertorio siempre lo compartí con ellos. Entonces se hace posible un evento de esta naturaleza”, remarcó.

Siendo ellos tan diversos musicalmente, Ayala aseguró que cada uno aporta un sello característico. “Esa convivencia que tenemos hace que todos estén formados para tocar esa música y además de eso tengo la suerte de estar con estos muchachos que son muy talentosos”, reiteró.

Una zona floreciente

Acerca del empuje artístico que tiene la zona de Ypacaraí, como también de ciudades como Itauguá, Caacupé, Areguá, entre otras cercanas, donde se está haciendo mucha música nueva, Ayala consideró que “esa es la corriente que queremos fortalecer cada vez más. Yo soy una parte de los Ayala que se dedica a esta parte de la cultura musical, de esa parte artística, entonces esta casa (de Anel) quedó para ese fin, para el arte. Ojalá que eso continúe siendo siempre un centro cultural, es el legado que yo quiero dejar”, señaló.

Asimismo, consideró que “es muy interesante e importante cómo estas bandas conformadas por estos jóvenes están creando su propio estilo, su propia música y eso a mí me alienta mucho, me deja muy contento porque no hay una especie de estancamiento sino que se están creando cosas”, enfatizó sobre el desarrollo cultural de toda la zona.

Además, expresó cuan importante es dejar registro y marcar identidad con la creación de temas propios. “Yo digo que tiene que ser así porque tiene que haber un espectro y una armonía también sobre nuestra historia musical, sobre la música paraguaya. No tiene que haber un choque entre las nuevas generaciones y aquellos que quieren mantener la originalidad de nuestra música. Por eso yo respeto muchísimo a todos los músicos que tocan folklore, y también dentro de mi estilo de hacer folklore intento conservar mi paraguayidad”, confirmó.

Justamente, Ayala adelantó que se encuentra trabajando en un nuevo álbum en el que versionará clásicos standards de jazz pero cantados en guaraní y adaptados a ritmo de guarania o polca paraguaya. “Escogí las melodías más bellas que existen para poder interpretarlas a mi estilo, en guaraní, y en tiempo de guarania y de polca. Eso es lo que estoy haciendo actualmente”, anticipó.

Eso es justamente seguir con el trabajo que él viene haciendo, según manifestó, de “introducir la paraguayidad” ya sea en la música brasileña o dentro del jazz. “Entonces hay una especie de fusión, como no soy un compositor muy fecundo me agrada hacer ese tipo de trabajos”, se sinceró.

Conexión espiritual

Comentando sobre el contexto de la pandemia, él mencionó que pudo vivir tranquilo y en conexión con la naturaleza, pues en su hogar está rodeado de mucho verde y de mucha tranquilidad. “Yo todos los días cuando me levanto digo que yo no merezco este lugar tan apropiado que la naturaleza me da para que yo pueda desenvolver mi conciencia, mi cultura, mi espiritualidad. Eso implica que uno tiene que tender a ser cada vez más simple, meditando para cometer lo mínimo posible de errores, porque en el cotidiano pues nosotros cocinamos, hablamos, tenemos contacto con los amigos, ensayamos, y tenemos que estar atentos para cometer el mínimo posible de fallas. Entonces toda esa atención yo lo puedo conseguir por medio de la meditación. Es como una pequeña preparación durante el día para cometer lo menos posible de cagadas”, comentó riendo y agradeciendo también por lo que tiene.

Agregó que cuando uno se da el tiempo de meditar puede aprovechar mejor los pensamientos y la vida. Ese momento de reflexión es parte de su “propia filosofía de vida” ya que él se dedica a la rama de la medicina natural y respeta mucho “los designios de la naturaleza”, de manera a poder abrazar su ser y atravesar todo lo que vivimos con las mejores energías.