La academia "condena enérgicamente la guerra iniciada por Rusia: se debe respetar la soberanía y el territorio de Ucrania. Las acciones de (el presidente ruso, Vladímir) Putin son atroces y totalmente inaceptables y las condenamos enérgicamente", según un comunicado de la organización.
Agrega que la entidad "excluirá las películas rusas de los Premios del Cine Europeo de este año".
"Lo que más nos preocupa es el destino de los ucranianos y nuestros corazones están con la comunidad cinematográfica ucraniana. Somos plenamente conscientes de que varios de nuestros miembros luchan con las armas contra el agresor", explica la EFA.
Consideran sus responsables que la academia "sigue siendo un lugar para apoyar y unir a todos los cineastas que comparten nuestra creencia en la dignidad humana, la libertad, la democracia, la igualdad, el estado de derecho y los derechos humanos".
La EFA dice reconocer y apreciar "a esos valientes cineastas en Rusia que se oponen a esta guerra. Pero en vista de un ataque brutal e injustificado, tenemos que apoyar a nuestros hermanos y hermanas en Ucrania cuyas vidas corren peligro".
"Por lo tanto, aprovechamos esta oportunidad para expresar de manera inequívoca nuestra protesta contra esta abominable guerra y para reafirmar y reiterar nuestra completa y total solidaridad con el heroico pueblo de Ucrania", agrega el comunicado.
La EFA nació en 1989 en la capital alemana como alternativa europea a los Óscar de Hollywood, impulsada por unos cuarenta cineastas del continente, como el alemán Wim Wenders y el sueco Ingmar Bergman.
En los primeros años sus premios se llamaron "Felix", en clara alusión a las estatuillas de Hollywood, pero luego adoptaron el término neutro de Premios del Cine Europeo.
Wenders fue desde mediados de los 90 el alma y director de la institución, hasta que hace dos años asumió esas funciones la directora polaca Agnieszka Holland.