MANAGUA (EFE). Organizaciones humanitarias de Nicaragua tienen registrados actualmente a por lo menos 113 presos políticos, y han reseñado los maltratos que reciben en las cárceles del régimen.
Torturas físicas
“Les mandan varios guardas y son sometidos a golpes, los golpean hasta dejarlos, a veces a algunos, desmayados y muy lastimados. Cuando están drásticamente golpeados no los dejan ver a los familiares, ahí es donde no permiten la visita (…) o se los llevan escondidos a los hospitales”, dijo la activista Linette Méndez, madre de un ex preso político.
Rodrigo Navarrete, tío del preso político Jaime Navarrete, denunció que este ha recibido tantos golpes, que “por un orificio nasal respira 70% y por el otro un 30%”. La denuncia es acompañada de una fotografía del opositor con la nariz desviada, secuela de los golpes.
Torturas psicológicas
“A mi sobrino quieren volverlo loco, o que pierda la noción del tiempo. Les golpean las puertas, no los sacan al patio de sol, no tiene acceso a llamadas telefónicas ni a dinero para comprar alimentos del penal, no se le permite la plática con otros reclusos y el que se le acerca es llevado al infiernillo (celda de castigo)”, destaca Navarrete.
“Las condiciones, en general, en las cárceles de Nicaragua son inhumanas, a eso añadiéndole la represión que todavía está en aumento hacia los presos políticos”, sostuvo la excarcelada política de doble nacionalidad belga y nicaragüense, Amaya Coppens.
Poco alimento y medicina
“No les permiten sus medicinas aunque tengan enfermedades crónicas o que las adquieran dentro. En la alimentación, se las llevan cuando la comida está descompuesta (…), no dejan pasar mascarillas, no dejan pasar alcohol (para desinfecciones), cada 10 minutos los sacan para a tomarles fotos desnudos”, relató Méndez.
“Los internos no son enviados de manera oportuna a los centros hospitalarios o a las especialidades que les corresponde. Tenemos detenidos con enfermedades crónicas, y detenidos que han sido producto de golpizas dentro del centro penitenciario”, indicó Martínez.
Tratos crueles
La abogada señaló entre estos “la prohibición a los familiares de ingresar tener contacto directo con el interno, la omisión deliberada de prestar auxilio”.
La representante legal destacó el caso de Eddy Montes Praslin, un veterano de guerra de doble nacionalidad estadounidense y nicaragüense, quien murió al recibir un disparo del arma de un custodio de la prisión.
La versión oficial señaló que el artefacto se disparó en un forcejeo, los videos compartidos por los reos mostraron que al momento de morir la víctima escapaba de un tiroteo aparentemente originado fuera de las celdas.
La defensora también recordó a Justo Rodríguez, un reo de quien no se supo nada hasta que su hermana lo encontró en estado crítico en un hospital, tras varios días de preguntar a las autoridades por su paradero sin obtener respuesta.
Aislamiento
Según los familiares, a menudo los presos políticos son enviados al área conocida como “el infiernillo”, por sus celdas estrechas e intenso calor día y de noche, en el centro penitenciario conocido como “La Modelo”, 23 kilómetros al noreste de Managua.
“Hay condiciones infrahumanas, no hay ventilación ni luz, son cerradas herméticamente”, describió Navarrete.
Maltrato a familiares
“A las madres en muchas ocasiones las desnudan dentro del penal, las hacen hacer sentadillas, les miran sus partes genitales, tienen un trato inhumano, indigno. El trato al familiar del preso político es muy diferente al preso común”, afirmó Martínez.
“Te puedo contar yo, con mi experiencia, en los nueve meses que estuve visitando la cárcel La Modelo (...) te manosean tu cuerpo totalmente, no te dejan pasar la alimentación, sigue siendo limitada, y cuando se dirigen a ti es de una forma grotesca, como si uno no vale nada, como si uno no tiene derechos”, relató Méndez.