“La UE está consternada por los informes de enfrentamientos mortales entre comunidades en Darfur Oeste durante los últimos días y semanas, que han provocado un elevado número de víctimas y la destrucción de instalaciones sanitarias”, indicó en un comunicado un portavoz del alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell.
“Ya es hora de que se ponga fin a la violencia y se lleve a los autores ante la justicia”, agregó.
Subrayó que todos los firmantes del Acuerdo de Paz de Yuba, rubricado en octubre de 2020 entre el Gobierno sudanés y los principales movimientos rebeldes del país, “tienen una responsabilidad conjunta en la protección de los civiles”.
Para la UE, se debe “acelerar” la creación y el entrenamiento de fuerzas conjuntas de mantenimiento de la seguridad por parte del Ejército de Sudán y los movimientos armados en el marco del Acuerdo de Paz.
El portavoz también enfatizó que la Unión está dispuesta a proporcionar ayuda humanitaria a los necesitados, y pidió a las autoridades que faciliten el acceso libre, seguro y sin obstáculos a los agentes humanitarios sobre el terreno.
El brote de violencia que estalló el pasado viernes entre tribus árabes y la africana de los masalit en la localidad sudanesa de Kreinik, en el estado occidental de Darfur Oeste, ha dejado ya 161 muertos, incluidos 17 niños, tras extenderse a la capital estatal, Geneina, según informaron el lunes autoridades locales y fuentes médicas.
Darfur, que vivió una guerra civil de tintes étnicos entre 2003 y 2008 con más de 300.000 muertos y 1,8 millones de desplazados y donde había una misión de paz de la ONU hasta el 31 de diciembre de 2020, es escenario de frecuentes enfrentamientos tribales.