Montenegro afronta un verano incierto por la ausencia de ucranianos y rusos

Snezana StanojevicBelgrado/Podgorica, 4 jun (EFE).- Ante la inevitable ausencia de turistas ucranianos y rusos este año, en el pasado un 20 % del total de visitantes, Montenegro afronta una temporada de verano incierta aunque espera recuperar parte de lo perdido en los dos veranos anteriores dominados por la pandemia de covid-19.

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El turismo aportó en 2019, el último año antes de la pandemia, unos 1.100 millones de euros a la economía de Montenegro, casi una cuarta parte de su Producto Interior Bruto (PIB).

La pequeña exrepública yugoslava es un país montañoso, de naturaleza intacta, lagos silvestres, paisajes inexplorados y una espectacular costa en el Mar Adriático, que concentra gran parte del turismo.

Solo con la ausencia de los visitantes ucranianos y rusos por la guerra en Ucrania, el país balcánico perderá unos 150 millones de euros este verano, estiman los expertos en Podgorica.

OPTIMISMO

Según la Cámara Económica de Montenegro, entre enero y abril los dos aeropuertos internacionales del país -Podgorica y Tivat- registraron tres veces más pasajeros que el año pasado, aunque un tercio menos que antes de la pandemia.

Zarko Radulovic, presidente de la Asociación Turística Montenegrina (CTU) y copropietario del grupo hotelero Montenegro Stars, asegura que "este año debería ser bueno y la ausencia de los rusos y ucranianos definitivamente no se sentirá".

En declaraciones a Efe, fundamenta su optimismo con nuevas conexiones aéreas con Europa central y occidental, y con otros países como Israel, Arabia Saudí, Turquía, Dubai, Kazajistán y los vecinos de los Balcanes.

Así, esperan compensar la pérdida de mercado ruso y ucraniano, y confía en que tras dos años de pandemia la gente tenga ganas de viajar nuevamente.

Montenegro, candidato al ingreso en la Unión Europea (UE) y miembro de la OTAN, canceló todos sus vuelos a Rusia al sumarse a las sanciones occidentales contra Moscú por la invasión de Ucrania.

Sin embargo, el decano de la Facultad de Turismo en Budva, Rade Ratkovic, matiza que no debe haber lugar a tanto optimismo.

"Habrá una temporada turística corta, de bajo consumo, que no es sostenible desde el punto de vista económico y social", explica el experto en declaraciones a Efe.

Unos 33.000 turistas se encuentran en estos momentos en Montenegro, tres veces más que en el mismo período del año pasado, según datos de la Cámara Económica de este pequeño país balcánico, de unos 620.000 habitantes.

Casi la mitad -unos 15.000- están en la zona de Budva, considerada como la capital del turismo montenegrino en la costa adriática.

CAUTELA

"Aunque en este momento haya más turistas que en 2021, no es realista esperar los resultados del año récord de 2019", advierte Sanja Markovic, del departamento de Turismo y Hostelería de la Cámara Económica de Montenegro.

"Aún no tenemos visitantes de todos los mercados de antes de la pandemia y la situación se ha agravado por la guerra en Ucrania", agrega la experta.

Tras el colapso de 2020, la temporada del año pasado vio una recuperación hasta el 69 % con respecto al año récord de 2019.

"El optimismo que se extiende por la pretemporada no se fundamenta en datos reales", advierte a su vez Ratkovic, de la Facultad de Turismo en Budva, al recordar que en mayo la estancia media fue un 25 % menor con respecto al año 2019.

Además, considera que la ausencia de turistas rusos y ucranianos no podrá ser compensada por visitantes de la región, que en 2021 "no tuvieron más opción" que veranear en Montenegro, uno de los pocos países europeos que abrió plenamente sus puertas pese a la pandemia, mientras que este año muchos podrán ir a otros destinos.

De hecho, el año pasado, los turistas serbios y otros países de la región supusieron el 55 % de las llegadas a Montenegro.

Ratkovic criticó que en Montenegro se construya mucho en las zonas turísticas para la venta.

En ese sentido advierte del peligro de "convertir el país en destino de inmuebles", que, según señala, es "la mejor forma" de destruir el turismo, los empleos que creo y su contribución al PIB.

INMUEBLES RUSOS

Ciudadanos rusos son propietarios o copropietarios de unos 19.000 pisos y locales en Montenegro, en su gran mayoría en la costa adriática y algunos de lujo, donde se encuentran atracados además algunos yates de propiedad rusa.

Se desconoce si entre ellos hay personas bajo sanciones occidentales.

Las inversiones rusas en inmuebles, pero también en otros negocios, se intensificaron con la independencia de Montenegro de Serbia en 2006.

Fue un período de excelentes relaciones entre Rusia y Montenegro, que se vieron enfriadas primero en 2014, cuando el país adriático impuso sanciones a Moscú tras la anexión de Crimea, y agravadas en 2017 con la entrada del país en la OTAN.

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