Según Starmer, esta maniobra de Londres es el "enfoque equivocado" pues afectará a las negociaciones que mantiene con la Unión Europea (UE) y "violará la legislación internacional", con el consiguiente impacto para la imagen del país.
El dirigente laborista efectuó esas declaraciones durante una visita a la capital norirlandesa de Belfast, donde se reúne hoy con grupos empresariales y los principales partidos de Irlanda del Norte para analizar el delicado asunto del protocolo del Brexit para la provincia británica.
"No voy a negar que hay problemas y desafíos con el protocolo, por supuesto que los hay. Estamos aquí escuchando a los partidos, a los grupos empresariales. Creo que esos retos pueden superarse en la mesa de negociación con altura política, con altos niveles de confianza mutua", declaró Starmer a los medios.
En su opinión, es ese "alto nivel de confianza" de lo que carece el primer ministro británico, Boris Johnson, a quien advirtió de que está "cometiendo un error" al optar por una vía unilateral que "violará la legislación internacional".
El Gobierno de Londres anunció hoy que comenzará este lunes a tramitar en el Parlamento una ley que concede a sus ministros poderes especiales para evitar cumplir amplias partes del protocolo, incluido en el acuerdo de retirada firmado por las partes.
"Nos opondremos a la legislación, y creo que ha habido un parón en las negociaciones porque no hemos visto altos niveles de confianza en las conversaciones, sobre todo por parte de nuestro primer ministro", insistió Starmer.
Asimismo, el líder laborista instó a las dos partes a que actúen con "flexibilidad" para "dar y ceder" en las cuestiones que les mantienen divididos.
Además de la guerra comercial que podría desatar la posición de Londres, el asunto del protocolo impide también la formación de un Ejecutivo autónomo en Belfast, pues el probritánico Partido Democrático Unionista (DUP) se niega a compartir gobierno con los nacionalistas del Sinn Féin si el diálogo entre Londres y Bruselas no desemboca en una reforma radical de este instrumento.
El protocolo obliga a revisar las mercancías que llegan desde Gran Bretaña a Irlanda del Norte para evitar la entrada incontrolada de productos al mercado comunitario, al tiempo que impide una frontera dura entre las dos Irlandas, tal y como establece el acuerdo de paz del Viernes Santo (1998), el texto que puso fin al pasado conflicto.
No obstante, ha levantado una frontera comercial en el mar de Irlanda que para el DUP es también política, pues sostiene que diferencia a la provincia y pone en peligro su relación con el resto del Reino Unido, ahora que los nacionalistas quieren avanzar hacia su objetivo histórico de reunificar Irlanda.
Antes de viajar a Belfast, Starmer se reunió este jueves en Dublín con el primer ministro irlandés y su titular de Exteriores, Micheál Martin y Simon Coveney, respectivamente, a los que trasladó su preocupación por el deterioro de las relaciones entre ambos países por la política de Johnson.
Los tres coinciden en que Johnson, tras sobrevivir este lunes una moción de censura interna lanzada por su propio partido, podría endurecer su posición sobre el Brexit para apaciguar al ala más euroescéptica de los conservadores y mantenerse en el poder.