"Todavía no se sabe lo que hay detrás de este incidente, pero este es un acto de barbarie en un momento de elecciones, que son la base de la democracia, por lo que nunca jamás lo podremos perdonar y lo condenamos con la mayor fuerza posible", dijo el primer ministro visiblemente emocionado.
Kishida hizo estas declaraciones a los medios después de que Abe recibiera disparos por la espalda mientras ofrecía un discurso de campaña en la calle en la ciudad de Nara (oeste), según informó la policía local, que ha detenido a Tetsuya Yamagami, un exmiembro de las Fuerzas Marítimas de Autodefensa (Ejército nipón) como el presunto agresor.
El jefe del Ejecutivo nipón señaló que todavía es pronto para conocer cuál será la influencia política del suceso, aunque el Gobierno "está preparado para cualquier resultado".
Kishida interrumpió los actos de su campaña electoral para regresar a Tokio y también instó a hacer lo mismo al resto de sus ministros para poder mantenerse informados sobre la situación y tomar las medidas oportunas.
Abe recibió disparos por la espalada mientras ofrecía un discurso de campaña en la calle cerca de una estación de tren en la ciudad de Nara (oeste), según informó la policía local, que ha detenido a Yamagami como supuesto autor del ataque, realizado con un arma de fabricación casera similar a una escopeta.
El líder conservador se encontraba hoy en un acto de campaña para las elecciones parciales a la Cámara Alta de la Dieta (Parlamento de Japón) que se celebran este domingo, en las que el Partido Liberal Democrático (PLD) de Abe y del actual primer ministro, Kishida, espera revalidar su amplia mayoría.
Los mítines electorales suelen celebrarse en Japón en plena calle y con escasas medidas de seguridad, debido al bajo índice de criminalidad y de ataques con armas de fuego propios del país asiático.