El Instituto Nacional de Estadística (INSEE), que publicó este viernes los datos de la actividad, precisó en un comunicado que la demanda interna en el primer trimestre volvió a restar al producto interior bruto: una décima tras cuatro entre octubre y diciembre.
La razón es que entre enero y marzo la inversión retrocedió dos décimas, mientras el consumo de los particulares tuvo una evolución nula.
La progresión del PIB en el primer trimestre, después de un incremento del 2,6 % en el conjunto de 2022, se explica en primer lugar por una contribución positiva del comercio exterior (seis décimas), por el efecto doble de un descenso de las importaciones (0,6 puntos) y un aumento de las exportaciones (1,1 puntos).
Además, la producción total aumentó un 0,4 puntos después de otro ascenso de 0,1 puntos en los tres últimos meses del año pasado.
Las variaciones de existencias de las empresas restaron tres décimas al PIB en el primer trimestre, tras haber sumado dos décimas entre octubre y diciembre.
La subida del 0,2 % del PIB en el primer trimestre es superior al 0,1 % que el propio INSEE había anticipado.
En una primera reacción, el ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, subrayó "la solidez de la economía francesa" e hizo hincapié en que "las empresas siguen invirtiendo y creando empleos, lo que nos acerca a nuestro objetivo del pleno empleo".
El Gobierno prevé un crecimiento del 1 % en el conjunto de 2023, una cifra algo más optimista que la del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que, por su parte, estiman que será del 0,7 %. El Banco de Francia calcula que la subida del PIB se quedará en el 0,6 %.