El dato, pese a ser negativo, mejora las previsiones del mercado, que esperaban una caída cercana al 1 %.
En la comparación con julio de 2023, el índice de actividad económica, considerado una medición previa del producto interior bruto (PIB), saltó un 5,3 %.
La economía brasileña avanzó un 1,4 % en el segundo trimestre del año frente al primero, impulsada por los servicios, la industria y el aumento del consumo de las familias.
Para este año, el mercado financiero prevé una expansión del PIB brasileño del 2,7 %, superando ampliamente las previsiones divulgadas a principios de año, según las últimas proyecciones de analistas consultados por el Banco Central.
No obstante, el Gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva confía en un crecimiento todavía mayor, el cual ha cifrado en "al menos el 3 %", según dijo el ministro de Hacienda, Fernando Haddad.
Las estimaciones del mercado señalan también que Brasil cerrará el año con una inflación del 4,3 %, es decir, por debajo del techo de la meta establecida para este 2024, que es de 4,5 %.