Preguntado en una conferencia de prensa telefónica para la presentación de los resultados semestrales sobre su estrategia internacional, Provost respondió que "habrá que establecer prioridades, y yo veo dos, Latinoamérica e India".
Añadió, porque se le había interrogado sobre si contemplaba un giro y una vuelta al mercado chino y al estadounidense, que esos dos países "no son prioridades para el próximo plan" estratégico.
Por lo que respecta a Latinoamérica, Renault presentó en febrero pasado una "cooperación estratégica" con Geely por la que el grupo chino va a invertir en la filial del grupo francés en Brasil para entrar como socio minoritario y producir y comercializar en ese país vehículos eléctricos e híbridos.
En cuanto a India, el 31 de marzo Renault anunció que va a comprar a su socio Nissan su participación del 51 % en la filial común en ese país, aunque en la fábrica común de Chennai se seguirán ensamblando vehículos del constructor japonés.
Provost, que lleva 23 años en Renault y que hasta su nombramiento como consejero delegado este miércoles por el consejo de administración ha sido en los últimos tiempos la mano derecha de su predecesor, Luca de Meo, afirmó que con él "ahora se abre una nueva era, pero que se inscribe en la continuidad" y que no tiene "intención de hacer grandes cambios de organización".
"El producto está y seguirá estando en el centro de la estrategia del grupo", afirmó antes de hacer hincapié en que "daremos simpre la prioridad al valor sobre el volumen". Es decir, que el objetivo no es vender el mayor número posible de vehículos, sino de hacerlo con la mayor rentabilidad posible.
Provost afirmó que Renault tiene que "proseguir y acelerar (su) transformación" y consideró que a ese respecto el principal reto es concebir y desarrollar nuevos coches más rápidamente, para lo cual quiere aprender de lo que hacen los competidores chinos.
No obstante, puntualizó que no tiene intención de deslocalizar la ingeniería a China, en contra de algunas informaciones que han circulado en los últimos tiempos, después de que se haya externalizado una parte de la concepción del nuevo Twingo eléctrico al gigante asiático.
Añadió que se trata de "aprender de China" de su velocidad en el desarrollo de nuevos productos, pero que se mantendrá el grueso de la actividad de ingeniería en su tecnocentro de Guyancourt, en la región de París.
El presidente del consejo de administración de Renault, Jean-Dominique Senard, trató de acallar las dudas que repetidamente afloran sobre su relación con su socio histórico Nissan, en el que el grupo francés mantiene una participación del 35 %, y que por su parte controla un 15 % de Renault.
"Nunca hemos tenidos tantos proyectos industriales con Nissan y con Mitsubishi", destacó Senard, después de recordar los "25 años de historia común".
El presiente del consejo reconoció que Nissan atraviesa una situación complicada que le ha llevado a un proceso de reestructuración "urgente y necesario". A su parecer lo importante es que se ejecute y se lleve hasta el final.
Sobre todo, subrayó que "seguiremos con esta alianza y la profundizaremos. Es importante para Renault y genera valor para todo el mundo".
Los resultados de Renault en el primer semestre presentan una pérdida de 11.185 millones de euros, que se explican por Nissan, y en primer lugar por la decisión del grupo francés de modificar la forma de contabilizar su participación del 35 %.
En concreto, Renault ha abandonado el valor contable de Nissan que tenía en sus libros y ha optado por valorarlo de acuerdo con su cotización bursátil, lo que ha supuesto una pérdida contable de 9.300 millones de euros que no tiene consecuencias para la caja del grupo francés.
A eso se añade una carga de 2.331 millones de euros correspondientes a las pérdidas sufridas por Nissan en el primer semestre.
Por otro lado, Senard confirmó que están examinando con atención la petición que les hizo el Gobierno francés para que participen en el esfuerzo de reforzamiento de la defensa del país.
"Estamos abiertos a la cuestión", indicó después de explicar que eso se podría concretar en el terreno industrial y para reducir los costos en la producción de armamento.
"Renault -dijo- no puede ser indiferente a la situación actual (...) en un momento en que nuestro país tiene que reforzar su defensa". El Estado francés tiene una participación del 15 % en el capital de Renault.