Estados Unidos impuso nuevas sanciones al consorcio ruso Lukoil, propietario de la refinería Neftochim Burgas, la mayor del sudeste de Europa y principal suministradora de combustibles del país balcánico.
El primer ministro, el conservador Rosen Zhelyazkov, anunció este jueves, a su llegada a la cumbre de líderes europeos en Bruselas, que el Gobierno analizará durante las próximas semanas las posibles medidas, según informó la Radio Nacional de Bulgaria (BNR).
Zhelyazkov aseguró que la producción y el suministro de productos petrolíferos "no se verán afectados", ya que la planta no opera con crudo ruso, aunque advirtió de posibles dificultades en las transacciones financieras y el uso del sistema SWIFT debido a la propiedad rusa de la empresa.
Bulgaria dejó de importar petróleo ruso el 1 de marzo de 2024 y, desde enero, prohibió la exportación de derivados elaborados con crudo procedente de Rusia.
El debate sobre el futuro de Lukoil se ha intensificado en Sofía tras la reciente decisión del Parlamento de exigir que el servicio de contraespionaje (DANS) otorgue el visto bueno a cualquier venta de la refinería a nuevos inversores.
El líder del partido conservador en el gobierno GERB, Boyko Borisov, explicó que la enmienda se aprobó anticipando las sanciones estadounidenses gracias a "información previa" a la que tuvo acceso.
Por su parte, el Banco Nacional de Bulgaria descartó cualquier riesgo sistémico derivado de las sanciones y señaló que continúa analizando sus posibles efectos sobre el sistema financiero del país.