Según el parte castrense, cinco de los aparatos no tripulados abatidos la pasada noche fueron interceptados y destruidos sobre el territorio de Crimea, anexionada por Moscú en 2014.
Los drones restantes fueron derribados sobre las regiones de Briansk (tres) y Kursk (dos), ambas fronterizas con Ucrania, y en Kaluga (uno), a unos 140 kilómetros del lugar más próximo de la frontera ucraniano.
Para las defensas antiaéreas rusas la pasada noche fue la más tranquila de las últimas semanas, en las que Ucrania ha lanzado ataques masivos con drones, en particular contra infraestructuras energéticas de Rusia.
Kiev ha declarado que el objetivo de esos ataques es obstaculizar los suministros de combustible al Ejército ruso para frenar su avance en territorio ucraniano.