"Tras más de 20 años de intentos fallidos, finalizamos el plan de cierre permanente de la sede del FBI en el edificio Hoover", anunció en su cuenta oficial de X el director de la institución, Kash Patel.
Patel explicó que la mayoría del personal será trasladada al edificio Ronald Reagan, también ubicado en Washington y que hasta este año albergaba a la Agencia para el Desarrollo Internacional (Usaid), antes de ser desmantelada por la Administración del presidente Donald Trump.
Según el director del FBI, el edificio Reagan está siendo sometido a trabajos de remodelación con "mejoras de seguridad e infraestructura" y se espera que esté listo próximamente para recibir al personal.
Con esta decisión, Patel descartó la construcción de una nueva sede, un proyecto valorado en unos 5.000 millones de dólares y cuya inauguración estaba prevista para 2035.
En mayo pasado, el director del FBI ya había adelantado el cierre del edificio J. Edgar Hoover —inaugurado en 1975 y nombrado en honor al primer director de la agencia— al considerar que "no es seguro para su plantilla".
En ese momento, la institución argumentó además que cerca de un tercio de sus empleados, unos 11.000 trabajadores, estaban concentrados en el área metropolitana de Washington y que el abandono del Hoover permitirá redistribuir personal hacia otras ciudades con mayores índices de criminalidad.
Durante décadas, distintas administraciones evaluaron trasladar la sede del FBI a los estados vecinos de Maryland o Virginia, sin que ninguna de esas iniciativas se concretara.
El edificio Hoover, una estructura de estilo brutalista situada sobre la avenida Pensilvania y durante años símbolo del poder y la presencia federal en Washington, había sido objeto de críticas recurrentes por su deterioro, altos costos de mantenimiento y problemas de seguridad.