Sin la buena utilización de la también llamada “glorieta”, se genera un caos vehicular en perjuicio de todos, según se pudo corroborar en un recorrido de ABC. De acuerdo con la ordenanza 479/10 de la Municipalidad de Asunción, sobre la circulación en este tipo de vías, el que ingresa a la rotonda adquiere la prioridad y los que van a ingresar deben ceder el paso. Respetar esta normativa es fundamental para el buen funcionamiento.
El ingeniero Hugo Florentín, presidente de la Asociación Paraguaya de Carreteras (APC), señaló que lo más importante es mejorar la comunicación con el usuario, mediante las señalizaciones adecuadas en calidad y cantidad. En este caso, se pudo notar que el cartel de “ceda el paso” no es suficiente y faltarían más señalizaciones que obligue a los conductores a parar.
Otro punto que destaca el profesional es que el diseño de las rotondas deben ser primordiales. “Hay que entender que éste tipo de intersecciones, que es el más económico y eficiente si se selecciona en base al tráfico necesario, se basa en la prioridad de paso y en función a ello debe diseñarse todos los elementos geométricos: ancho y número de carriles, isletas separadores o distribuidoras, radios de giros, diámetro del anillo o rotonda, entre otros”, dijo.
Aclaró que ese conjunto de acciones en el diseño más las señalizaciones, desembocan naturalmente en el cumplimiento de la prioridad de paso que es la razón de "ser" o de insertar una rotonda en un cruce.
El ingeniero René Peralbo, jefe de Ejecución de Obras del Ministerio de Obras Públicas (MOPC), señaló que falta una educación vial para que estas infraestructuras cumplan su función y reiteró que en otro países es fundamental que las personas pasen “las prueba de las rotondas” para obtener sus licencias.
Asimismo, indicó que se trata de algo cultural que se debe cambiar con educación y que desde el MOPC buscarán la forma de educar y mejorar las señalizaciones.
Durante nuestro recorrido, la mayoría de las personas que fueron consultadas sobre el funcionamiento de una rotonda no sabían qué responder y admitieron que en nuestras rutas prevalece la “ley del mbarete” y que eso no solo ocurre en las rotondas sino también en los semáforos y los cruces.