Todo iba bien, dijo, hasta que le derivaron a la niña al Incan para que se someta a la radioterapia y supere la enfermedad, que es su mayor deseo. La pequeña empezó el tratamiento a inicios de agosto, pero se interrumpió de golpe debido a constantes averías en el equipo. De un total de 13 sesiones, apenas pudo realizar tres. Para que tenga el efecto deseado, el tratamiento debería ser continuo. Chavagui pide una chance para que viva su hija.
LEA TAMBIÉN:
Desperfecto de equipos condena al sufrimiento a enfermos de cáncer