Don Carlos y el Dr. Gaspar en el Palacio

El reciente traslado de las esculturas de don Carlos Antonio López y del Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia, obras del artista y escribano Francisco Javier Báez Rolón (+), al Palacio de López es un acto de justicia con el arte escultórico.

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Dos esculturas fueron traídas al Palacio de López días atrás. Son las figuras de don Carlos Antonio López y el Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia. Al indagar los pormenores de esta novedad en la casa de gobierno conversamos con Myriam Abed viuda de Báez, esposa del escultor, quien rememora: “Mi esposo comenzó este deseo en el año 2000, cuando iba a venir el presidente (argentino) Fernando de la Rúa al Paraguay y propuso al ministro de esa época, en el gobierno de Luis González Macchi, la idea de que se pusieran esculturas de los López en el llamado Palacio de los López”. En ese entonces, el matrimonio donó la estatua del Mariscal López de 2,30 metros aproximadamente.

Recordando a su esposo, informa que “fue el creador y director del departamento de Parques y Monumentos del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC). Una de sus obras la llevó el Príncipe Hiroito cuando estuvo en el Paraguay”.

Más adelante agregó que “recién entre los años 2003, 2004, cuando destituyeron a Báez Rolón, por la jubilación, no siendo ya asalariado del MOPC, propuso la realización de las estatuas de don Carlos A. López y del Dr. Gaspar Rodríguez de Francia. Don Carlos como el Primer Presidente Constitucional del Paraguay y el Dr. Francia, quien fue considerado el Padre de la Nacionalidad Paraguaya, según la Historia”.

“Báez Rolón fue el primer y único escultor que modeló y plasmó el rostro verdadero del Dr. Francia, según los estudios hechos por los hermanos escoceses John y William Robertson. El retrato conocido como del Dr. Francia fue realizado por Lorenzana, que se basó en el rostro de su hermana Petrona Francia, que no es el auténtico, pero sí el más conocido”, apunta.

Los trabajos han sido realizados en marmolina impalpable en polvo y cemento blanco y por dentro poseen una estructura de chapas, varillas de hierros soldados y alambres forrados. Luego, con la forma aproximada con metal desplegado se trabajaba con guantes de soldadura, para su posterior espatulado, detalla Myriam.

“La altura de la estatua del Dr. Francia es de 2,30 metros, aproximadamente, mientras la de don Carlos no se puede precisar ya que está sentado en su famoso sillón curul. Los trabajos fueron propuestos por el escultor al MOPC para ser ubicados en el Palacio de Gobierno, tal fue siempre su deseo. Con el tiempo nos enteramos que estaban tiradas en el depósito del MOPC, y luego de un tiempo, ya fallecido el escultor Báez Rolón en 2007, nos volvimos a enterar que estaban en Ñu Guazú, totalmente deterioradas ambas esculturas”, lamenta.

La restauradora y sus hijos se pusieron a trabajar. “Ambas restauraciones las realizamos en mi domicilio con mis dos hijos mayores Francisco Javier y Héctor Dergám. Lo hicimos como un homenaje al esposo y padre, que siempre nos pidió cuidemos las obras que realizamos juntos”.

“Tienen una pátina de imitación de bronce nuevo, con materiales y filtro solar, para que aguante más a la intemperie, ya que está en un corredor de viento muy fuerte y arena que golpea a las esculturas”, subraya.

De esta manera se trata de cumplir con una deuda que se tenía con estas esculturas y sus autores.

El coronel Melanio Servín, jefe de Seguridad del Palacio de Gobierno del Gabinete militar, a cargo del ministro general de Brigada Roque Sotelo, informa que “el próximo año se hará un acto oficial protocolar. Hoy las esculturas se pueden apreciar los viernes, sábado y domingo, de 18:00 a 22:00 en la fachada del litoral costanera”.

 

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