¡Sí, reaccionaron!
Durante el gobierno nazi, de 1933 a 1945, el profesor y filólogo judío Victor Klemperer anotó en sus diarios los cambios de comportamiento y trato entre las personas, con énfasis en el aspecto lingüístico, su especialidad. Consternado, vio que el uso diario del idioma alemán perdía su versatilidad y se convertía en un uso repetitivo y mecanizado. El lenguaje y los comportamientos automatizados comenzaron a caracterizar la vida cotidiana en Alemania y otros países ocupados por el régimen de Hitler.