Ningún intendente fue obligado a punta de pistola a candidatarse para llegar al cargo. Todos lo hicieron en el pleno ejercicio de su libertad, y con la ambición de administrar, o seguir administrando, el dinero y los demás recursos públicos de los contribuyentes de cada municipio.
De entre tantas noticias generadas en la semana, una de ellas, que consideramos muy importante, pasó prácticamente desapercibida. Quizás porque el hecho fue considerado como normal, como parte de un trámite, o tal vez por el descreimiento que la institución generó y transmitió en los últimos años.
De entre sus tantas acepciones, la Real Academia de la Lengua Española define al sustantivo lastre como persona o cosa que entorpece o detiene algo. En otra de sus acepciones se refiere al lastre como el material pesado con el que se carga una embarcación o globo aerostático para aumentar su peso, y que al ser soltado le hace ganar ligereza.
El escenario es ideal para desatar las más bajas pasiones. El 30 de setiembre del año pasado el gobierno argentino emitió una resolución por la que estableció un peaje para el tránsito internacional de embarcaciones de carga, en el tramo del río Paraná comprendido entre el puerto de Santa Fe y su confluencia con el río Paraguay.
Bastó un dato para que se disparasen todas las dudas y cuestionamientos que habían surgido ya el año pasado. Es que si éramos más de 6 millones 461 mil personas hace diez años, resultó sorprendente enterarnos de que según el Estado somos ahora menos de 6 millones 110 mil.