Un breve curriculum del Mago da cuenta que fue en seis oportunidades fue campeón de la URSS y ha sido campeón del mundo en 1960. A comienzos de los 70 logró permanecer imbatido en más de 90 partidas seguidas y ya una edad avanzada.
En el ámbito ajedrecístico es conocida la anécdota surgida durante una partida de ajedrez, en donde él es el protagonista. En una entrevista otorgada por el genio ajedrecístico, un periodista con un tono curioso le planteaba la siguiente pregunta: ¿Le vienen a la mente ideas que no tengan nada que ver con el ajedrez? A lo que Mijahil respondió: ¡Seguidamente!, y contó la historia del hipopótamo.
Cuenta la anécdota que durante un juego contra un profesional del ajedrez por el Campeonato Nacional de la URSS, se encontraba inmerso en una posición compleja, con muchas posibilidades en juego, en donde era difícil acudir a un pensamiento lineal o lógico que le deparé cierta ventaja o asegure su victoria. Su mente estaba concentrada en un sacrificio de caballo[1]. Pero el solo imaginarlo que podía ser una mala jugada lo horrorizaba. Los cálculos de variantes se acrecentaban cada minuto que pasaba, hasta convertir un caos su mente. Fue entonces que la
abstracción mental (para encontrar la jugada “correcta”) llegó a tal nivel que dejo de calcular y recordó una célebre frase de un poema infantil de Korney Chukovski que reza:
"¡Oh, qué difícil debe ser el trabajo de sacar a un hipopótamo del pantano!"
Y cuenta el maestro Mijahil que se puso a pensar cómo se puede sacar a un hipopótamo de un pantano, trayendo como solución todo tipo de medios: palancas, escalera, helicóptero, etc. Después de numerosos intentos no encontró ningún método aceptable para sacarlo del pantano, y entonces pensó con amargura:
"¡Pues que se ahogue!"
Y en ese momento también decidió “ahogar” a su caballo, es decir sacrificarlo, logrando una combinación exitosa que le llevo a la victoria. Esta anécdota fue contado por el mismo Mago de Riga, que tenía una visión muy peculiar de su propio estilo de juego, cuando sostenía que “¡Hay dos clases de sacrificios: los correctos y los míos!”.
Otra anécdota conocida es la acusación de hipnosis por parte de otro Gran Maestro (GM). Decia el GM Benko que Mihail lo hipnotizaba en sus partidas contra él a tal punto que llego a utilizar unos lentes de sol, alegando que con ellos pararía los efectos hipnóticos de su rival. Como era de esperarse esto solo causo risa en Mihail Tal, siendo poco efectivo el antídoto al terminar el marcador desfavorable para Benko.
Un el 28 de junio de 1992 nos dejaba el Mago de Riga no sin antes derrotar al que por entonces era el mejor jugador del mundo, Garry Kasparov en un torneo de ajedrez rápido. Mihail fue recordado por todos los que pudieron conocerle como una persona de gran humor y amabilidad.
Sin duda todo aquel que se interese por el ajedrez tendrá como tarea obligatoria reproducir las hermosas partidas desarrolladas por el genio Mihail Tal, persona que con su estilo demostró que a veces la creatividad aplicada a todos los ámbitos de la vida cotidiana puede generar mejores resultados que el simple pensamiento lógico.