La nave se acopló al módulo ruso Poisk en modo automático a las 16.19 GMT, tres horas y 23 minutos después de despegar, informó la agencia espacial rusa, Roscosmos, en su canal de Telegram.
El carguero transportó a la EEI 2.491 kilogramos de carga, incluyendo 499 kilogramos de combustible, 630 kilogramos de agua y 40 kilogramos de nitrógeno líquido.
Además, llevó 1.322 kilogramos de equipamiento y equipos, así como diversos materiales necesarios para experimentos científicos, ropa, alimentos y artículos de higiene para la tripulación.
A bordo del Progress MS-23 viajó también un "puesto de trabajo universal" para su emplazamiento en la cubierta exterior del módulo Zariá, que servirá a los cosmonautas durante las caminatas espaciales, y un nanosatélite creado por el Instituto Aeronáutica Bauman de Moscú, que será lanzado manualmente.
Las Progress MS fueron creadas sobre la base de las naves tripuladas soviéticas Soyuz por la empresa espacial Energuia, con el fin de transportar cargas a las estaciones orbitales y servir también para la corrección de sus órbitas.
Desde 2018 las naves Progress MS vuelan a la EEI tras dar dos vueltas alrededor de la Tierra, que permite su acople a la estación unas 3 horas y 40 minutos después del lanzamiento, a diferencia de los esquemas iniciales, que preveían 34 vueltas en una travesía de 48 horas.