Cargando...
Uno de sus actuales integrantes es Sweet Lou II, quien ha recogido el legado de su padre, ahora entrenador y antes leyenda del equipo. Cambian los jugadores, pero sigue el espíritu, la sensación de que "nadie puede hacer lo que hacen los Harlem Globetrotters" y de que sus 'trucos' imposibles no están al alcance de todo el mundo. EFE le ha entrevistado.
P: ¿Cómo explica lo que significa ser un Harlem Globetrotter?
R: Es una oportunidad increíble ser un Harlem Globetrotter y poder viajar por el mundo dibujando sonrisas en las caras de la gente y creando recuerdos imborrables para nuestros seguidores.
P: ¿Qué hace falta para que alguien sea un Harlem Globetrotter?
R: Tienes que ser bueno en una cosa, ya sea manejando el balón, haciendo mates, tirando o driblando. Y ser, ante todo, un jugador de baloncesto; además de tener buen carácter y carisma.
P: ¿Qué tienen para seguir triunfando generación tras generación?
P: Creo que la cultura de los Harlem Globetrotters no tiene parangón: ser embajadores de buena voluntad y retribuir a nuestras comunidades, así como repartir alegría y risas mientras se juega al baloncesto a un alto nivel y se es capaz de entretener al mismo tiempo... no hay nada parecido.
P: ¿Qué se van a encontrar los espectadores que vayan a verles en España?
R: Encontrarán espectáculo de primera clase, mates de altos vuelos y tiros con truco, un manejo del balón asombroso y, por supuesto, un gran baloncesto.
P: En su caso ser un Harlem Globetrotter se trata de una cuestión familiar. Su padre, Sweet Lou, fue una leyenda del equipo. ¿Cómo lo vivió de niño?
R: Siempre me preguntaban por mi padre mientras crecía o me preguntaban si era el hijo de Sweet Lou; pero para mí sólo era mi padre. No sabía el impacto que tenía mi padre, pero pronto descubrí el poder de estrella que tiene realmente.
P: Él perteneció a los Globetrotters durante 27 años, retiraron su camiseta y ahora es el entrenador del equipo. ¿Le presiona su legado?.
P: No siento ninguna presión real en lo que respecta al legado, porque mi padre tampoco me presionó nunca mientras crecía en lo que respecta a jugar al baloncesto. Siempre pude elegir y él siempre me apoyó en mis decisiones.
P: Su padre también jugó al baloncesto profesional y se enfrentó al Real Madrid con el Federale Lugano. ¿Le ha hablado alguna vez de ese partido?
P: Me ha hablado de ese partido, pero también me han contado la historia personas que estuvieron allí en Italia viendo a mi padre jugar y anotar 50 puntos en el partido del campeonato, lo que me pareció increíble y fascinante al mismo tiempo. ¡Y lo mucho que ha influido en tanta gente con sus habilidades y su carácter!
P: ¿Le gustaría tener hijos que pertenecieran al equipo? ¿Se puede enseñar a alguien a ser un Harlem Globetrotter o se requiere un talento especial?
P: Creo que se puede enseñar a cualquiera a hacer cualquier cosa, pero esto no es para todo el mundo y lo decimos todo el tiempo. Creo que sería estupendo que mi hijo formara parte de la organización, pero en última instancia no presionaría a mis hijos, igual que mi padre no me presionó a mí.
P: En un baloncesto en el que cada vez predomina más el triple... ¿están perdiendo importancia los mates o las jugadas espectaculares como las que hacen ustedes?.
R: Creo que nada de lo que hacemos va a perder importancia, ¡tenemos a los mejores jugadores y tiradores del mundo! Nadie puede hacer lo que hacen los Harlem Globetrotters y, además, somos embajadores de buena voluntad, somos únicos en nuestro género. Lo que hacemos aporta tanta alegría y felicidad a la gente que no creo que pierda importancia nunca.