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El partido inaugural se disputará en el estadio Luzhnikí (81.500 asientos), que también acogerá una de las semifinales y la gran final del torneo el 15 de julio.
En cuanto a la posibilidad de que acuda a más partidos mundialistas, Peskov explicó que “todo depende de cómo vayan las cosas”. Putin, que es sabido que no es aficionado al fútbol, sino al judo, al esquí y al hockey, expresó ayer su confianza al inspeccionar el estadio de Fisht (Sochi) de que los futbolistas rusos “den todo lo que llevan dentro".
“En verano vendrá a Rusia lo mejor de lo mejor, los futbolistas con más talento del mundo”, comentó. El líder ruso, que será investido la próxima semana como presidente por otros seis años, ya asistió el pasado año en San Petersburgo al partido inaugural de la Copa Confederaciones entre Rusia y Nueva Zelanda.