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No es habitual en el equipo de Rivera la falta total de actitud, como sucedió ayer. El club soporta una gran crisis económica y evidentemente afecta al plantel la falta de pago de salarios atrasados. La carencia de voluntad del equipo fue exagerada, las imprecisiones, nulo peso ofensivo y falta de claridad en el juego colectivo se acentuaron en el desempeño del cuadro azulgrana. Pérez y Escobar inquietaron con remates importantes, pero la debacle cerrista se concretó cuando Ramírez perdió el balón en el medio, el cual aprovechó Pérez para generar su juego y abrir el marcador con gran definición.
Sasiaín, que jugó como único puntero, tuvo un par de ocasiones para llegar al gol, pero careció de serenidad para aprovecharlas. Inclusive, gestó una jugada que terminó en infracción dentro del área, pero el árbitro Julio Ojeda entendió que no fue penal.
Con los cambios, el local quiso rectificar el opaco rendimiento inicial, pero no tuvo la consecuencia deseada. La visita tuvo chances para cerrar el partido, cuando un cabezazo de Paredes impactó en el travesaño. El marcador de 1-0 para la visita no fue modificado y el cuadro paranaense queda más hundido en la tabla de promedio.
“Con deudas, es difícil motivar”
“Es difícil motivar al jugador que tiene cuentas que pagar, una familia que mantener y que no cobra”, manifestó ayer Eduardo Rivera, el entrenador de Cerro de Franco.
Rivera siguió con su descargo: “No justificamos la derrota, pero los futbolistas son seres humanos. El partido perdimos por un error y además desperdiciamos jugadas de gol”.
Esta semana se cumple el tercer mes sin que los atletas perciban sus haberes y el premio por el triunfo ante Carapeguá.