Los buques que llegan hasta esta ciudad ya lo hacen con carga muy reducida y genera sobrecostos a las navieras, que buscan la forma de arribar a las terminales portuarias sin mayores demoras, pero deben hacer prácticamente dos viajes para transportar lo que anteriormente lo hacían en uno.
“Hasta esta localidad se llega sin mayores complicaciones. Y confiamos que no afectará aún en gran medida a la economía de la ciudad, los puertos siguen operando y las embarcaciones llegan, aunque con carga ya reducida, pero no sabemos que pasará en el futuro si sigue bajando el nivel del río”, expresó el intendente, Teodosio Gómez (PLRA).
Afecta a pescadores
El jefe comunal agregó que la bajante no solo afecta a la navegación, sino también a los pescadores que ya sienten el impacto de este fenómeno, porque la actividad pesquera se redujo en un buen porcentaje, debido a la escasez de peces.
“Muchos de los pescadores viajan agua abajo, hacia el Ñeembucú para probar suerte, pero también implica mayor gasto para ellos. Hacia las localidades de San Antonio y Villa Elisa la navegación se está tornando aún más complicada, pero siguen llegando a los puertos.
Las terminales portuarias esperan que la Administración Nacional de Navegación y Puertos (ANNP) realice dragados en los puntos críticos.