Aunque la secreta firma de la fallida Acta Bilateral constituyó una desagradable sorpresa para la mayoría de los paraguayos, esa traidora decisión no fue fruto de la casualidad. Desde su primer encuentro con su homólogo brasileño, Jair Bolsonaro, en Itaipú –pese a advertencia de sectores nacionalistas de opinión– el presidente Mario Abdo Benítez decidió aceptar sin ponderación alguna la artera propuesta brasileña pergeñada por Itamaraty como anticipo de su gran estrategia centrada en la revisión del Anexo C del Tratado y la concomitante modificación del mismo. Todo con la finalidad de mantener el statu quo expoliador en una primera fase, para con posterioridad facilitar que Eletrobras privatizada acceda al control del cien por ciento del activo de la usina hidroeléctrica binacional, bajo un modelo comercial basado en el poder de la influencia económica brasileña, convirtiéndola de hecho en una subsidiaria mediante el control absoluto de su operación y la comercialización de la electricidad allí generada.
7 de diciembre de 2019