En una visita a Israel, en marzo, el Presidente de Brasil dijo que la apertura en Jerusalén de una oficina de la agencia brasileña de promoción del comercio y de la inversión (Apex) era el primer paso para desplazar la embajada, actualmente en Tel Aviv.
El estatuto de la ciudad de Jerusalén es una de las cuestiones más complejas del conflicto israelo-palestino.
Israel ocupa Jerusalén-Este desde la guerra de 1967 y luego la anexó, un acto que nunca fue reconocido por la comunidad internacional.
Israel considera toda la ciudad como su capital mientras los palestinos quieren convertir Jerusalén-Este en la capital del Estado al que aspiran.
La mayoría de embajadas extranjeras están situadas en Tel-Aviv para no interferir en las negociaciones entre israelíes y palestinos.
Donald Trump puso fin en diciembre de 2017 a décadas de consenso diplomático al reconocer Jerusalén como capital de Israel y anunciado el traslado allí de la embajada estadounidense en Tel-Aviv. Ahora Brasil podría seguir sus pasos.
A día de hoy solo Guatemala trasladó y mantiene su embajada en Jerusalén. Paraguay abrió en mayo de 2018 una embajada en Jerusalén pero luego la trasladó a Tel Aviv, provocando la cólera de Israel que cerró su embajada en Asunción. En marzo Hungría abrió una representación comercial en Jerusalén.