Reelección de presidenta, revés para China Popular

TAIWANGENTILEZA

La campaña de China Popular para aislar a Taiwán parece haber sido en vano a juzgar por la abrumadora victoria con la que fue reelecta la presidenta Tsai Ing-wen. Aunque “resistente” a los designios de Pekín, para muchos de sus partidarios, Tsai se es “ambigua” ante la declaración de independencia.

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TAIPÉI (AFP). Pero el régimen comunista de China, no está sin embargo dispuesto a dejar de hostigar a esta isla que considera como una provincia propia.

La reelección el pasado sábado de Tsai, con un récord de 8,2 millones de votos y el 57% de los sufragios, supone un revés para el presidente chino, Xi Jinping, que apoyó a otro candidato, más afín a intereses chinos.

Pero este apoyo supuso en realidad un revulsivo para los votantes del Partido Democrático Progresista (PDP) de Tsai, que se decanta por la independencia de la isla de 23 millones de habitantes.

El resultado electoral mantiene a Taiwán en una senda de colisión con el gigante chino, que considera a la isla como una de sus provincias y juró que volvería a controlar un día este territorio, incluso por la fuerza si fuera necesario.

“Pekín va a seguir presionando durante el segundo mandato de Tsai, atrayéndose a sus aliados, reduciendo su espacio internacional y, quizá, elevando las maniobras militares”, afirma Jonathan Sullivan, un experto sobre Taiwán de la Universidad británica de Nottingham.

“La victoria de Tsai significa que Pekín no solo mantendrá su política, sino que incrementará su presión”, coincide Clayton Dube, de la Universidad de Southern California.

Tsai se presentaba a la reelección como la garante de los valores democráticos frente al autoritarismo del poder comunista en Pekín.

Pekín ha advertido desde hace tiempo que una declaración formal de independencia sería una línea roja que podría desencadenar una invasión, lo que generaría un conflicto directo con Estados Unidos, principal aliado militar de Taiwán.

La prensa estatal china describe a Tsai como una defensora de la independencia –y muchos en su partido PDP abogan por una declaración formal–, pero ella mantiene una deliberada ambigüedad.

Tsai alega que Taiwán ya es una nación soberana.

Desde que fuera elegida por primera vez en 2016, Tsai ofreció diálogo a Pekín, pero el gobierno chino respondió cortando cualquier comunicación oficial con su gobierno, llevando a cabo maniobras militares y reduciendo drásticamente el número de turistas del continente hacia la isla.

También Pekín ha convencido a varios aliados de la isla a alejarse de Taiwán, ahora reconocida diplomáticamente solo por 15 países, entre ellos Paraguay.

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