TIGRE, Argentina (AFP). Cuando asumió la presidencia hace dos meses, Alberto Fernández aseguró que se iba a concentrar en “los que menos tienen”.
Argentina está en recesión desde mediados de 2018, con una pobreza del 35,4% al primer semestre de 2019, la última cifra oficial disponible, y una inflación de más del 50% anual.
El mandatario congeló los precios de la gasolina y servicios públicos e implementó un control de precios de ciertos productos de almacén, acompañado de una aplicación de celular para verificar precios escaneando códigos de barra.
También comenzó la entrega de 1,4 millones de tarjetas alimentarias, estas con un monto de hasta 6.000 pesos mensuales (unos 95 dólares) para comprar solo alimentos y que beneficiarán a más de dos millones de personas entre madres embarazadas y familias sin empleo formal con niños menores de seis años.
Es una medida “de emergencia”, aseguró el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, adelantando que la estrategia, que representa un gasto de unos 7.000 millones de pesos mensuales (unos US$ 110 millones).
Según Fernández, durante el gobierno del liberal Mauricio Macri (2015-2019), la venta de leche cayó un 30%. Y el consumo de carne vacuna disminuyó un 9,5% en 2019.
Sofocante deuda
“El gobierno tiene un desafío muy grande: mejorar la actividad económica sin gastar (...) En esa encrucijada está”, explicó Matías Rajnerman, economista jefe de la consultora Ecolatina.
Para el experto, la efectividad de las medidas dependerá de una renegociación exitosa de la deuda, pues el gobierno necesita “un mayor margen para gastar” y generar “más credibilidad” en los mercados para bajar la inflación.
Durante su gira por Europa, Fernández expuso ante la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) los problemas de pobreza y hambre de su país.
En Francia, junto al presidente Emmanuel Macron, insistió en que su gran objetivo será la lucha contra la desigualdad, que considera el gran problema de su país tanto como de América Latina.. “En Argentina somos muy jactanciosos (...) Tenemos al mejor jugador de fútbol del mundo, al Papa... pero tenemos un 40% de pobres”, reflexionó.
Renegociación con el FMI
El Gobierno del argentino Alberto Fernández planteó su apremiante necesidad de renegociar unos US$ 195.000 millones de deuda (57% del PIB) con bonistas y organismos bilaterales y multilaterales.
De ese monto, 44.000 millones corresponden a un crédito stand by del Fondo Monetario Internacional, con el que entabló conversaciones y que ha considerado que las medidas del Gobierno “van en la dirección de restaurar la estabilidad macroeconómica y proteger a los pobres”. Según la Secretaría de Finanzas, a finales de diciembre último la deuda bruta ascendía a US$ 323.177 millones, 44% emitida bajo legislación extranjera.