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Una de ellas es Sara Morales, quien contó cómo la guerrilla la reclutó a la fuerza cuando tenía 11 años y que 15 días después comenzaron a violarla.
Producto de esas violaciones, Morales, que era operadora de radio de una emisora de las FARC, quedó embarazada en dos ocasiones y tuvo dos hijos a quienes logró sacar de los campamentos guerrilleros antes de escapar.
“La mujer era un objeto para ellos. De 120 guerrilleros, 10 éramos mujeres, esas 10 mujeres tenían que desfilarle a todos y a las que no, era porque los comandantes ya las tenían para ellos, ya tenían su grupito conformado”, dijo Morales.
Asimismo, contó que había mujeres a las que no violaban los comandantes porque físicamente no los atraían o porque ya estaban “veteranas” (mayores).
“Si estaban veteranas, de 18 en adelante, ya no eran de su gusto, no tenían ese apetito sexual. Pero ya las que son menores, niñas entre 10 y 11 años hasta los 16 o 17 años, para ellos era lo máximo”, afirmó la mujer en su desgarrador testimonio.
Un informe del Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) constata que en el país hubo, por lo menos de lo que se tiene constancia, más de 15.000 víctimas de violencia sexual, el 91,6% de ellas, mujeres.
El documento también especifica que las principales víctimas de violencia sexual en la guerrilla eran “las niñas y adolescentes vinculadas mediante reclutamiento forzado”.