El cuerpo de la víctima fue desenterrado por las autoridades. El hecho ocurrió en el municipio de Guayaybí, departamento de San Pedro.
El aprehendido es Miguel Florentín Monges, de 38 años, quien trabajaba como encargado del establecimiento de un comisario retirado, en la zona de conocida como Calle 4.000, cerca del cauce del arroyo Tacuapí. Su arresto fue ordenado por el fiscal Rusbell Benítez luego de que confesara el homicidio de su cuñado Nelson Luis González, de 47 años, quien estaba desaparecido desde el 2 de diciembre último.
El cuerpo estaba en una fosa en el inmueble donde trabajaba Miguel.
Policías de Investigaciones de Santaní ya tenían como sospechoso a Miguel, pero no contaban con elementos probatorios suficientes ya que el indagado incluso era el que denunció la desaparición y el que junto a otros familiares demostraba supuestamente mayor interés por encontrar al desaparecido.
Sin embargo, el caso se aclaró ayer cuando un grupo de familiares y vecinos localizaron la fosa común, que fue cubierta con ramas secas.
Fue el propio Miguel el que comenzó a cavar para recuperar el cuerpo, hasta que en un momento dado, ante la presión de los investigadores, admitió el homicidio.
Según su descargo, ultimó con un garrote a su cuñado en una pelea que se produjo luego de que se encontraran y discutieran en momentos en que el ahora fallecido estaba tomando bebidas alcohólicas.
Los investigadores creen que el trasfondo del crimen es una transacción que hicieron ambos involucrados, 24 horas antes del mortal episodio, cuando Nelson Luis le vendió tres vacas al capataz de estancia.