Chicharõ junto a un allegado se dirigían de Santa Rosa del Aguaray a Capitán Bado, a bordo de una camioneta Toyota Fortuner gris blindada y al alcanzar la zona señalada el político, quien iba al mando del rodado, sintió que las cuatro ruedas del vehículo se habían desinflando por la acción de clavos miguelitos que los sicarios tiraron a su paso. Inmediatamente después llovieron las balas.
Supuestamente, Sánchez logró encostar la camioneta en medio de la balas, algunas de ellas lograron perforar la chapería, y finalmente bajaron y escaparon corriendo de sus atacantes. Sin embargo, esta parte de la historia no es muy creíble para investigadores ya que los pistoleros los superaban en número y aparentemente ni Chicharõ ni su acompañante tenían armas para repeler a los criminales.
Finalmente, los matones escaparon del lugar hacia la zona de Salto del Guairá y las víctimas fueron asistidas por agentes policiales. Actualmente una dotación policial se encarga de la seguridad del político badeño, según informaron.
De acuerdo con los investigadores, el fallido atentado podría tener conexión con una serie de crímenes registrados en las últimas semanas en Capitán Bado.
Las últimas víctimas de la guerra declarada entre facciones mafiosas que operan en aquella zona del país fueron los hermanos Martimiano Ruiz Díaz Arévalos (51) y Calixto Ruiz Díaz Arévalos (50). Fueron matados el 15 de noviembre pasado. Supuestamente, la muerte de ambos fue ordenada porque pagaron una carga de cocaína con dólares falsos. Por el mismo hecho Juan Gregorio Ruiz Díaz Arévalos (47) y Adelio Arévalo Martínez (45), hermano y primo respectivamente de los asesinados también fueron secuestrados en Bolivia y están con paradero desconocido, indicaron los informantes.
Según los investigadores, los hermanos Ruiz Díaz habrían tenido alguna conexión con el político colorado badeño, quien de milagro se salvó el viernes último, señalaron los agentes.