Condenan a dos delincuentes luego de una espectacular fuga y recaptura

Zárate y Portillo atropellaron la puerta del rodado para escapar, aprovechando el descuido del guardiacárcel.
Momento en que uno de los custodios alcanzó a Portillo e intenta reducirlo forcejeando con él.
Aníbal Zárate, sentenciado.
Osvaldo Portillo, condenado.

Dos asaltantes fueron condenados ayer a cuatro y siete años de cárcel, respectivamente, en juicios que se hicieron luego de que los procesados se fugaran momentáneamente de su custodia carcelaria y causaran pánico en un sector de la ciudad de Luque.

audima

Uno de los sentenciados es Aníbal Isaías Zárate Duarte ( 21), penado a cuatro años de penitenciaría por un Tribunal de Sentencia en un juicio realizado ayer en el Juzgado de Luque.

El 23 de agosto de 2017 Isaías y su cómplice, Diego Nicolás Blanco Carreras –también condenado ayer con la misma pena– asaltaron a un hombre en zona de Calle Última. Fueron capturados y estuvieron recluidos hasta el 30 de mayo de 2018, cuando salieron con medidas alternativas a la prisión.

Sin embargo, Isaías volvió a asaltar tres días después y se encontraba encerrado solo por este último hecho, por el cual también podría ser condenado más adelante.

El otro condenado, pero con una sentencia de siete años es Osvaldo Efrén Portillo Colmán (32), alias El Cachorro, quien el 3 de mayo de 2016 despojó de G. 21 millones a un cobrador en un asalto en el Mercado Abasto Norte de Limpio.

Días después de ese golpe, El Cachorro también robó G. 53 millones al dueño de una carnicería, del mismo Abasto Norte de Limpio, hecho por el cual el año pasado fue condenado a 14 años de pena privativa de libertad.

Fuga de película

Ayer, partieron de la cárcel de Emboscada Antigua, Aníbal Zárate, quien por oficio N° 29 debía presentarse a las 8:30 en el Juzgado de Luque, para su juicio oral y público, y Osvaldo Portillo, que por oficio N° 149 debía ir hasta el Juzgado de Fernando de la Mora para afrontar un juicio a la misma hora. Los dos iban a bordo de un mismo vehículo para traslado de internos.

Tanto El Cachorro como Zárate iban esposados en el compartimiento del furgón, con las manos hacia el frente, contrariando totalmente lo que establece el protocolo de seguridad, de que los reclusos deben estar esposados y con las manos en la espalda. Esta situación hace suponer a los policías que los custodios penitenciarios, motivados por el cobro de ínfimas sumas de dinero, flexibilizan las medidas de seguridad en los traslados de los presos propiciando que ocurran hechos violentos, similares al registrado el año pasado, el que incluso le costó la vida a un comisario principal.

El rodado llegó al portón del juzgado luqueño, pero ya que no pudo ingresar debido a que el acceso es muy angosto, uno de los custodios abrió la puerta del furgón para bajar a Aníbal Zárate, pero ambos aprovecharon para atropellar y correr. Zárate inclusive tenía todavía las esposas puestas en una de las manos.

Inmediatamente se inició una persecución con los custodios, agentes del Grupo Lince y uniformados de la comisaría 3ª Central a bordo de ocho patrulleras, que llegaron hasta el barrio San Carlos donde está uno de los tantos asentamientos de Luque. Ahí los vecinos indicaron a los policías la dirección hacia la que huyeron los dos sujetos.

Portillo corrió unas 15 cuadras y llegó a la avenida Abogados Luqueños, donde intentó despojar a un hombre de su biciclo para seguir escapando, pero en ese ínterin uno de los guardias le dio alcance y forcejeó con él. Poco después llegaron los policías y lo detuvieron.

A dos cuadras de ahí, fue recapturado Zárate.

Finalmente los dos reos fueron trasladados hasta la sede de la comisaría 3ª, desde donde más tarde fueron llevados, ya en vehículos diferentes, a los respectivos juzgados para las diligencias en las que tenían prevista su participación.

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