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PARAGUARÍ (Emilce Ramírez, corresponsal). El caso se inició el lunes último, cuando se denunció la desaparición del poblador de esta ciudad Leonardo Manuel Gómez Rivas, de 29 años, funcionario del Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave).
Su familia reportó el hecho ante la comisaría 1ª local, ya que Leonardo salió de su casa el domingo de noche y no volvió.
Posteriormente, intervinieron en la búsqueda los agentes de Investigaciones del noveno departamento, quienes ayer de madrugada capturaron al autor confeso del crimen, el estudiante César Guzmán Franco Ruiz, de 19 años. Este cayó en las inmediaciones de su casa, en la compañía Naranjo, en el límite con el distrito de Piribebuy.
Relato de lo que pasó
Tras su arresto, César contó en detalles cómo se produjo el asesinato.
Dijo que fue contactado el domingo de noche por el funcionario de Senave, a quien recibió en su casa.
Ambos estuvieron compartiendo una ronda de tragos hasta la madrugada del lunes último, que fue supuestamente cuando, producto de la borrachera, Leonardo Manuel Gómez Rivas comenzó a acosarlo.
En su testimonio informal, César Guzmán Franco Ruiz contó que el funcionario de Senave en un momento dado se puso muy pesado y que insistió en tener relaciones sexuales con su anfitrión.
Supuestamente, el estudiante le echó de su casa al funcionario público, pero como este no quería abandonar el lugar se desató una pelea, frente a la vivienda.
El joven de 19 años relató a la Policía que se descontroló y que tomó un machete con el cual masacró al otro hombre.
Como el homicidio ya se había consumado, Franco Ruiz decidió deshacerse de la evidencia y alzó el cuerpo ensangrentado de Gómez Rivas a la motocicleta en la que justamente este último había llegado a la casa.
Pero en pleno desplazamiento, el cadáver de la víctima cayó de la motocicleta, en un camino rural de la compañía Mbatoví de Paraguarí.
Supuestamente, el joven de 19 años perdió el control del biciclo debido a la borrachera. Como ya no pudo reanudar el macabro viaje, arrastró el cadáver hasta el medio del bosque, a unos 500 metros del camino.
Posteriormente, César subió de nuevo a la moto de su víctima y condujo hasta el centro de Paraguarí, donde compró nafta de una estación de servicios y regresó a quemar el cadáver. Después, incendió el biciclo y volvió a pie a su casa.
El mismo joven ayudó a la Policía a recuperar el cuerpo y la moto quemados.
Un comunicado de la Asociación Panambi, organización que promueve y defiende los derechos de las personas trans en Paraguay, lamentó el homicidio y manifestó su repudio a “un nuevo hecho de crimen de odio hacia una compañera trans”.