El mayor epicentro de la celebración del Viernes Santo en Central, la iglesia San Lorenzo de Ñemby, estuvo ayer en total quietud por la cuarentena sanitaria.
La Liturgia de la Palabra, la adoración de la Cruz y la comunión se hicieron a puertas cerradas con transmisión por redes sociales.
En Villa Elisa también fue diferente, pero tuvo lugar en el patio y estacionamiento de la iglesia, “a portón cerrado”, según explicó Sebastián Bóbeda, monaguillo de la parroquia Virgen del Carmen.
Unas pocas personas que pasaban se detenían a rezar desde la calle.
El cura párroco Osvaldo Torres presidió la liturgia de la celebración de la pasión a partir de las 15:00. Previamente, al mediodía se realizó la crucifixión que estuvo a cargo de un pequeño grupo de estacioneros. Bajaron a Cristo del calvario y lo llevaron al interior del templo y se retiraron. Luego tuvo lugar la lectura de las Siete Palabras a las 14:00.
“Este año esta celebración nos toca bastante. Tuvimos Pascua Joven on line. Fue muy raro y silencioso, pues no hubo fieles como años anteriores”, dijo Sebastián Bóbeda al invitar a seguir todas las celebraciones de hoy, Vigilia Pascual, a través de Facebook e Instagram acompañando desde las casas cada ritual que tiene el mínimo posible de participantes.