“Consenso” para eludir la votación

La propuesta de gobernadores colorados de que el presidente Mario Abdo Benítez y el expresidente Horacio Cartes consensúen un candidato único para la presidencia del Partido Colorado es la novedad política de esta semana.

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El argumento de la propuesta es evitar una disputa interna sangrienta. Es decir, admiten de antemano la incapacidad de los dirigentes de aceptar los resultados de una elección y el remedio que plantean es imponer un candidato desde las cúpulas.

La jugada tiene una serie de riesgos, comenzando por la posibilidad de que no se llegue a ningún consenso y que sea una gran pérdida de tiempo con costo político, en particular para quien tiene el poder institucional, es decir, el Presidente de la República.

Otra cuestión es que posiblemente el candidato no sea atractivo, teniendo en cuenta que querrán elegir a un títere sin proyección política para el 2023, lo cual quizá motive poco entusiasmo en los afiliados colorados y haya una ausencia masiva el día de las elecciones.

Un beneficio que tendría para la dirigencia elegir a un candidato de consenso para presidente de la ANR, que no tenga mayores aspiraciones políticas (vale aclarar), es que pateará hacia adelante la disputa entre Cartes y Marito sobre la sucesión de este último para el próximo periodo presidencial.

Evitar esa disputa anticipada por la candidatura colorada para el 2023 es una cuestión que, tal vez, le convenga a ambos en esta coyuntura, debido a lo impredecible del resultado.

Algo similar ocurrió en 2015. Aquella vez, Cartes pretendió frenar también esa disputa anticipada, poniendo como candidato al ignoto diputado por Ñeembucú Pedro Alliana. Este ganó la interna, pero eso finalmente no impidió que el derrotado, el entonces senador Mario Abdo Benítez se proyectara como el candidato de la oposición interna en la ANR que finalmente le ganaría la disputa al candidato de Cartes, el neocolorado Santiago Peña.

Otro motivo vendible de este acuerdo entre los dos “líderes” es que ambos necesitan de sosiego para ocuparse de sus varios problemas y están demasiado desgastados como para exponerse en una disputa electoral interna. Cualquiera de los dos cuyo candidato pierda la interna de julio próximo para la presidencia de la Junta de Gobierno colorada quedará con peor imagen de la que ya arrastra.

El candidato de HC para ese cargo es Alliana, quien ya ocupa ahora la presidencia de la ANR. El de Abdo Benítez es el senador Silvio “Beto” Ovelar. Si el presidente de la República cede a la pretensión de los gobernadores, será visto indefectiblemente como una nueva muestra de debilidad. Para más, el candidato que le proponen es el gobernador de Paraguarí Juan Carlos Baruja, proveniente del cartismo.

Eso, sin contar con que el consenso (o sería mejor decir la imposición) alrededor de un candidato va de contramano con aquello de lo que se jacta siempre la dirigencia colorada, de ser el partido más democrático porque resuelven siempre sus diferencias en las internas.

De haber algo de lógica y sensatez, los colorados deberían ir, como siempre lo hicieron tras la caída de la dictadura, a elegir a su presidente en una disputa electoral. Será una forma de dirimir los liderazgos internos y exponer a la luz pública cuál es la correlación de fuerzas de los movimientos en este momento.

Pero como la lógica y la sensatez no siempre abundan entre los dirigentes políticos, no se puede descartar que busquen e impongan un acuerdo pegado con saliva, que quedará sin efecto con cualquier vientito que le pase cerca.

mcaceres@abc.com.py

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