Anestesiólogos fabrican sus propios sistemas de aislamiento

Hacer frente al covid-19 con entusiasmo impulsa a médicos a luchar por el bienestar de la población y seguridad de los médicos.
Con un costo aproximado de USD 10, el Dr. Perrota ya confeccionó unas 25 estructuras de protección en procedimientos de intubación.
Con ayuda de investigadores de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Asunción, se realizaron las pruebas preliminares para ver la efectividad de la estructura, en especial lo que tiene que ver con la fácil maniobrabilidad.

Los anestesiólogos forman parte del grupo que procede a la intubación endotraqueal en pacientes con posible covid-19. Ante la dificultad económica de adquisición de equipos y la difícil maniobrabilidad de los existentes, fabrican en su día libre sus propios sistemas de aislamiento.

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Según la Organización Panamericana de la Salud, el procedimiento de intubación a pacientes que requieran de ventilación asistida debe ser realizado por el personal médico mejor entrenado. Ellos son los anestesiólogos, intensivistas y hasta ciertos clínicos de las Urgencias. Esta tarea se realiza no solo a pacientes con covid-19 positivo que serán ingresados a la unidad de cuidados intensivos, sino a otros por cirugías de urgencia, un accidente u otra emergencia. Pero ante la pandemia todo manejo es como probable coronavirus.

Los profesionales trabajan para la intubación en la vía superior alta, en la boca, la garganta, por lo que están muy en contacto con el paciente y son altas las probabilidades de contagio sin la debida protección.

El anestesiólogo Dr. Beningo Perrota señaló que hace unas dos semanas, viendo las carencias de los hospitales y de problemas de maniobrabilidad de unas cajas de acrílico que se están utilizando en el IPS, decidió fabricar en su tiempo libre, en su casa, un sistema más maleable y acorde a la realidad del país. Su hijo Gabriel (21), quien estudia economía en los Estados Unidos y está de vuelta en el país por la pandemia, decidió ayudarle en hacer un sistema de que busca una protección o aislamiento de las vías aéreas. Comentó que en el IPS cuentan con un dispositivo, que es una caja de acrílico con dos orificios de entrada en el que introducen las manos, pero a su parecer y entender eso les limita la movilidad. Además se requiere un instrumento especial que es el videolaringoscopio, porque la caja está diseñada para utilizar con ese aparato médico y no todos los hospitales cuentan con uno. La caja cuesta unos USD 100 y el videolaringoscopio alrededor de USD 2.000, unos G. 13.000.000.

Entonces, al Dr. Perrota se le ocurrió armar una estructura con caño de pvc a un precio de unos USD 10, que se cubre con un polietileno que es desechable tras cada procedimiento, mientras que el sistema en sí se desinfecta para volver a ser utilizado, y no necesita del sofisticado aparato médico.

Perrota comentó que con ayuda de investigadores de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Asunción, bajo la coordinación del Ing. PhD. Derlis Grégor de la FIUNA y la MSc. Quim. Regina León Ovelar, llevaron a cabo ensayos de simulación en los que el especialista cuenta con el traje de protección personal. Se lo ubicó en posición de intubar, utilizando para la prueba un maniquí. Durante cada ensayo se utilizó un tinte fluorescente expulsado por espiración forzada, que es similar al reflejo de la tos.

Se hizo pruebas simulando las posiciones del cuello correspondientes a situaciones de emergencia por insuficiencia respiratoria e intubación endotraqueal.

La conclusión a que arribaron es que en general el equipo de Perrota presenta un claro beneficio en cuanto a su utilización como barrera de protección para el especialista, además de que evita la alta dispersión en la sala donde se realiza la intubación y recomendaron realizar la abertura para la utilización de la conexión de oxígeno en el lateral o al frente de sistema de protección. Perrota comentó que ya confeccionó 25 equipos que fueron distribuidos a varios hospitales y que le contactaron colegas de Encarnación, Santaní y Pedro Juan Caballero, a quien remitió un tutorial que elaboró para que puedan fabricar. Los primero realizó con sus propios materiales pero luego tuvo la colaboración del Sindicato de Anestesiólogos del IPS del que forma parte, luego una empresa se ofreció a donarlos y actualmente alumnos de la Universidad Paraguaya-Alemana quieren fabricar también para apoyar a los profesionales. (Por Antonia Delvalle)

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