C. Tangana: Derribando muros

Es uno de los artistas españoles más escuchados en todo el mundo en la actualidad. Construyendo puentes entre la música tradicional de su país y ritmos latinos en auge, C. Tangana, que se inició en el rap, supo convertirse en el nombre más sonado, aunque para muchos aún sigue siendo un enigma porque, así como él lo afirma, se reconoce inquieto en la música. En esta entrevista exclusiva para ABC Revista el artista, también licenciado en Filosofía, se encarga de contar al mundo quién es.

C. Tangana es uno de los nombres más destacados de la música latina.
C. Tangana es uno de los nombres más destacados de la música latina.Sony Music

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¿Quién es C. Tangana? Es una pregunta que resuena para muchos al hablar de este artista español. Pero la verdad es que este camaleónico personaje viene desarrollando su carrera musical desde hace muchos años en su país de origen, pero siempre con otros nombres, cual si fueran alter egos.

Su fama llegó a la cumbre con el reciente álbum El Madrileño para el que juntó a un equipo de superestrellas de todas las generaciones de la música latina como Toquinho, José Feliciano, Jorge Drexler, Andrés Calamaro, Eliades Ochoa del mítico Buena Vista Social Club, Gipsy Kings, Niño de Elche, La Húngara, Ed Maverick, Nicolás Reyes, Tonino Baliardo, Omar Apollo, Carin Leon, Adriel Favela, Pepe Blanco y Kiko Veneno.

Entonces ¿quién es este artista con el que aceptaron colaborar todos estos nombres destacados? Hay mucho que contar sobre él para dejar en claro que es mucho más que solo un cantante que salió de “la nada” con un álbum lleno de colaboraciones con famosos.

Antón Álvarez Alfaro, nacido el 16 de julio de 1990. Su música se desenvuelve entre el rap, el hip hop, el latin pop, el reguetón y el flamenco. Pero sus inicios datan de 2006 cuando se lanzó con el seudónimo Crema e integrando el colectivo de rap Agorazein, con el que lanzó discos como “Kind of Red” y “Siempre”, dando de qué hablar en la escena del rap español y emergiendo así de lo subterráneo. Todo esto mientras trabajaba ya sea en una compañía de comida rápida o en un call center, a la par que soñaba con vivir de la música. Luego cambió su nombre artístico a C. Tangana y llegaron nuevos trabajos aún de forma independiente como “C.Tangana” o “LO▼E’S”, que despertaron a la crítica dividiéndola entre quienes otorgaron comentarios de sorpresa y de rechazo. C. Tangana empezaba así a formar una personalidad. Una a la que no le importara lo que digan porque lo que él quería era hacer música que generara reacciones diversas.

En 2016 empezó a inmiscuirse por Latinoamérica ofreciendo sus primeros conciertos, mientras lograba un gran éxito internacional con la canción “Antes de morirme”, en la que colaboró con su entonces novia Rosalía y el productor Alizzz, nombre que sigue ligado a él y es uno de los mayores colaboradores en sus producciones. Pronto vendría la firma con el sello discográfico Sony Music, con quien lanzara el hit “Mala mujer”. Con este sello saldrían luego sus álbumes “Ídolo” y “Ávida Dollars”, previos a “El Madrileño”.

El mundo artístico de C. Tangana está envuelto también por su intelectualidad, ya que es nada más y nada menos que un licenciado graduado en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid. Sus pensamientos envuelven a su música, una música que busca derribar todos los muros de géneros musicales, en los que incluso él no cree. También conocido como “Pucho”, confiesa lo que hay detrás de sus ganas de hacer música:

-¿Cómo te sentís con toda la repercusión tras el lanzamiento de “El Madrileño”?

-Muy contento y muy orgulloso que haya sido con este proyecto que es el más experimental y quizás el más especial de mi carrera.

-Es imposible no hablar de tus colaboradores, un abanico muy amplio e interesante tanto de generaciones, visiones y miradas musicales ¿Cómo fue el recorrido para ir hilando el álbum con todas estas personas?

-Como era un disco de viaje yo tenía claro que quería que apareciese mucha gente y tuve dos criterios: uno: las grandes leyendas o gente que yo considero que, dentro de los géneros que han influido en el disco, son nombres muy importantes. Son como sueños de cuando yo era pequeño. Y luego gente joven como Omar Apolo o El Mauri, que yo veía que le estaban hablando al mainstream o a un público muy grande pero que lo estaban haciendo desde una perspectiva original. Para mí ninguno de los colaboradores ha sido porque sí o por decir “vamos a sumar a otro”, sino que cada una de las canciones pacería llevarme específicamente a esos nombres, entonces han sido las canciones las que me han guiado.

-¿Qué aprendiste o como te nutrió cada uno?

-Pues cada uno en su forma, pero la mayoría me ha enseñado de su propio género, de su forma de hacer, de su estilo, y luego me han enseñado también a cómo componer y cómo comportarme con mi propia música cuando está pensada en otros, cómo hacerla más grande, cómo entender mis propias composiciones con los ojos de otro. Ha sido una experiencia súper gratificante, cada día parecía que se iba cumpliendo un sueño con cada nombre que aparecía y son grandes maestros, entonces fue como haber hecho la universidad con este disco.

-En cuanto a emociones, ¿qué cosas se fueron removiendo dentro de vos a medida que hacías el disco?

-He intentado actualizar tanto mi visión de la masculinidad como mi visión del amor romántico, creo que son los dos temas principales del disco junto con temas que siempre he utilizado como la ambición, el éxito, el fracaso, la nostalgia, cosas que siempre estaban ahí. Pero las dos fuentes de inspiración principales que me han generado nuevos sentimientos son esos, tratar de actualizar el romanticismo de alguna versión más o menos positiva o hacerme participar del amor romántico que es algo que yo tenía como descartado un poco en mi vida. Y creo que todos estamos un poco en contra del amor romántico ahora mismo, es lo que menos de moda puede estar, y de la masculinidad, creo que de ahí han surgido formas de sentirme más o menos cómodo con cosas que decía, con intentar no decir cosas que me salían de forma natural, tratar de buscar las palabras exactas para decir cosas que a mí me parecen bonitas, que pueden existir, tanto la masculinidad como el romanticismo.

-¿Qué de antiguo veías en el amor romántico que te hace pensar que no va con cómo vemos y sentimos hoy en día?

-Yo creo que el amor romántico, desesperado, dramático, típico de la cultura hispanohablante no está bien visto hoy en día. Como que hemos aprendido también a cuidarnos en cuando al tipo de relaciones que tenemos, no son tan desesperadas. Es como otra forma de entender las relaciones completamente distinta. Pero si tu ves todos los temas clásicos y si intentas hacer una canción pensando en los clásicos tanto en la forma de la copla, de los temas, la métrica, todo te lleva a los grandes clásicos de nuestra lengua. El mejor coro de salsa, el mejor bolero, la mejor bachata, el mejor flamenco, en todo encontraras ese pozo de romanticismo que yo he intentado como actualizar.

-Hablando de clásicos, en tu disco te tomaste el atrevimiento de mezclar géneros históricos como el flamenco con sonidos de estos tiempos, un crossover que para muchos es todavía duro de roer ¿Cómo te llevas con el pensamiento de que a los géneros tradicionales no hay que sacarlos de su forma?

-Yo no creo en los géneros, entonces creo que deberíamos dejar libres a las canciones y no atribuirles un solo género o que tengan que ser de una forma. Creo que eso es algo que el ser humano hace para poder hablar de las cosas, para agruparlas, pero no es algo real que exista en el mundo o en la naturaleza, es algo que nos inventamos nosotros para poder entender las cosas y explicarlas de una generación a otra o para respetarlas, para conocerlas bien, pero yo abogo por la destrucción de los géneros.

-Esto que decís de la gente que quiere como etiquetar o encasillar las cosas, ¿a qué crees que responde?

-Yo creo que es que estamos acostumbrados a eso y el mundo funciona así y una vez que se establece una nueva categoría cuesta un montón de tiempo romperla. Vamos generando categorías, géneros, formas de clasificar las cosas y luego se van rompiendo. Tiene que aparecer algo nuevo para romper, es como una actividad constante que hacemos en todas las cosas. En la música también porque al principio es la vanguardia, después la vanguardia como una novedad para todo el mundo, después de la novedad la tendencia, después de la tendencia el mainstream y después del mainstream todo el mundo se aburre y se convierte en algo rancio hasta que la tendencia lo odia y luego se reconvierte, es un ciclo que está todo el rato sucediendo. A mí me gustaría que la gente fuera más fluida en ese sentido y que pudiese escuchar una cosa que no está en tendencia y entender todos los aspectos que no son solo del momento. No necesariamente para ser contemporáneo tengas que hacer cosas que suenen parecidas a lo que está sonando en el mainstream. Esos ejercicios yo creo a la mayoría de nosotros nos pasa al escuchar música, y no siempre es música actual o no siempre es música antigua y no solo es un género, todo el mundo en su vida pasa por distintas cosas, pero luego a la hora de hablar parece como que nos encasillamos y tenemos que decir una o la otra. Habría que ejercitar el cerebro y la tolerancia también, permitirnos a nosotros ser más contradictorios, permitir a la gente ser más contradictoria, no obligar a las cosas a definirse. Son canciones y ya.

-¿Es importante para vos tener un discurso específico o las letras son más bien una interpretación de tus realidades?

-La verdad no tengo claro que haya tenido un discurso concreto. Es muy complicado sobre todo al principio cuando eres tan adolescente, que es todo muy impetuoso. Yo creo que es importante escribir cosas que realmente te merezcan la pena, estar comprometido con lo que escribes, y si a ti lo que te merece la pena son las cosas pequeñas de la vida porque son las que te hacen feliz, o si a ti te merece la pena una lucha concreta, social, pues bueno. O sea, a mí lo que me gusta es ver a gente verdaderamente comprometida con lo que escribe y que eso se sienta por la forma de decirlo. Igual que cuando la gente te habla de forma normal, tu puedes ver cuando alguien te está hablando del tiempo y está en una conversación incómoda en el ascensor, pero cuando ves a alguien que te está hablando con pasión de algo que realmente le llena pues yo creo que la música es así. A mí me da igual de lo que hables siempre que hables con pasión, me interesa es esa pasión, es ver gente como loca por lo que te quiere decir, enamorada de lo que te quiere decir, eso es lo que más me atrae.

-Te graduaste de la carrera de filosofía, ¿qué tanto influye la apertura que te ha dado estudiar esto dentro de tu música?

-Siempre digo que en la lírica creo que no he acertado mucho porque mi forma de escribir creo que es más intuitiva, pero sí para la visión artística y para la visión de la carrera a medio y largo plazo, para saber qué es lo que quiero, como tener grandes aspiraciones artísticas y todo eso sí que me ha influido. Creo que la carrera me ha dado como una visión y esa visión me ha ayudado a hacer mi carrera.

-¿Por qué el cambio al nombre C. Tangana? ¿Ha significado como el hecho de darte una nueva denominación para identificar a una nueva etapa en tu vida artística?

-Sí y lo hago igual más veces de lo que a la compañía le gustaría o que a mi manager (risas) pero me siento como en la obligación de renovarme constantemente.

-¿Qué tanto hay de Antón en C. Tangana y viceversa?

-Pues en este último disco yo creo que es el más espontáneo que he hecho y más natural, y en el que más me siento representado en todas las partes como de mi personalidad y de quién soy yo, y también en las letras, entonces yo creo que ahora hay de ambos en todo.

-¿Alguna vez has dudado de tus decisiones? ¿Por qué?

-Sí, todos los días. Yo creo que a todos los artistas le pasa que como trabajas con un material tan incierto y las predicciones siempre son tan difíciles y no existe una pauta, un horario, una rutina, una forma de comprobar que lo que estás haciendo cumple los pasos de un plan que ya se ha demostrado que está bien. Es: todos los días te levantas e inventas, más o menos con la inercia parece una vida normal pero solo es la inercia. De vez en cuando cuando se para o cuando pasan cosas importantes te das cuenta de que es un malabarismo todo el rato, entonces si todo el rato estoy pensando que he podido tomar malas decisiones, no sabes hacia dónde deberías ir, pero bueno, la suerte de hacer lo que hacemos tiene otra contrapartida que es esa, la incertidumbre, pero yo me siento bien ahí, llevo toda la vida ahí y lo llevo bien.

-¿Qué hay de la influencia de la política en tu vida, te afecta de alguna manera o rehuís de ella?

-Yo siempre he odiado la propaganda, he odiado que la gente me diga qué es lo que tengo que pensar o cómo lo tengo que pensar, pero sí creo en la capacidad que tiene la poesía para hacerte pensar, sorprenderte o hacerte sentir cosas, pero no me gusta nada nada la propaganda, y tampoco siento que los artistas tengan que tener la responsabilidad social, igual que los deportistas o las estrellas de cine, creo que la responsabilidad social no debe recaer en estas personas. Igual es porque soy un vago y no quiero asumir mi parte de responsabilidad, pero creo que lo que realmente merece la pena es que los artistas se dediquen a emocionarte, a impresionarte y a generar formas de pensar distintas y no a tratar de educar a la gente o decirles qué es lo que hay que hacer. Aún así siempre que uno es un altavoz y tiene la oportunidad de decir lo que piensa y cuando uno cree que hay algo importante que decir pues lo dice, pero a veces sí que tengo un problema con eso porque no sé si ese sea un trabajo mío, porque quizás yo no tengo la inteligencia, la capacidad, y no sé las consecuencias de las cosas que yo comunico o de mis opiniones a dónde pueden llegar, digamos que es un terreno complicado. Pero cuanto más gente te mira siempre tienes un poco más de responsabilidad.

victoria.martinez@abc.com.py

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