Necesitamos un presupuesto austero para el 2013

He insistido mucho sobre el tema fiscal desde el año pasado, cuando empezamos a ingresar al período electoral con miras a las elecciones generales del 2013.

Cargando...

Sin embargo, a pesar de que el Poder Ejecutivo presentó un presupuesto razonable el año pasado, las discusiones en el Congreso ya empezaron a tener un sesgo totalmente electoralista. Tanto fue así que introdujeron grandes ampliaciones presupuestarias, principalmente incrementos salariales muy superiores a lo razonable y a la capacidad financiera del Estado.

Por esta razón, el gasto salarial del Estado se incrementó en más del 30 % al mes de junio y no quedan recursos para inversiones en obras públicas o para el Hospital de Clínicas, y este año el Estado va a tener un déficit fiscal de aproximadamente USD 300 millones. Tendrá que endeudarse para poder cumplir con estos compromisos salariales.

En estos días, el Ministerio de Hacienda está enviando el proyecto de presupuesto para el año 2013. Su discusión en el Congreso se dará en plena campaña política para las internas partidarias y las elecciones generales de abril.

Las proyecciones para el 2013 hasta ahora sugieren un buen año agropecuario y esperamos una importante reactivación de la economía. La misma va a generar ingresos tributarios adicionales al Tesoro nacional. Sin embargo, los mismos serán apenas suficientes para cerrar la brecha fiscal y recuperar el equilibrio en las finanzas públicas.

Esto significa que no existe margen fiscal para programas adicionales. Mucho menos existe espacio para ajustes salariales o nuevos beneficios para los funcionarios públicos. Si se incluye algún gasto adicional, ya no podremos corregir el déficit del presupuesto y entraremos a un nuevo ciclo de déficit fiscal que en la última oportunidad (período 1996-2002) nos llevó a una crisis fiscal en la que el Estado incluso dejó de cumplir con el pago de salarios a sus funcionarios.

Una de las bases del éxito económico que tuvimos en los últimos años está en la política fiscal responsable que se implementó a partir del 2003 en adelante. Nos ha posibilitado incluso pasar dos crisis financieras internacionales gracias al blindaje económico proveído por un superávit fiscal, bajos niveles de deuda externa y altos niveles de reservas internacionales.

En estos momentos electorales, una ratificación de esta política económica enviaría señales claras al sector privado local y a la comunidad internacional: que nuestro país está decidido a mantener una política fiscal y monetaria responsable, respetada por todos los partidos políticos. Además, reordenar las finanzas públicas nos permitiría estar preparados para la próxima sequía, que seguro ocurrirá en los próximos dos o tres años, por las características cíclicas del fenómeno climático de La Niña o de El Niño.

Ojalá nuestros líderes políticos comprendan que la actual coyuntura requiere como nunca mucha responsabilidad de su parte en el manejo de las finanzas públicas. Si es así, iremos incrementando nuestra esperanza sobre el futuro de nuestro país y de nuestros hijos.

* Economista, exministro de Hacienda, miembro del Consejo Directivo de la Fundación Desarrollo en Democracia (Dende)

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...