Con esta nueva temporada, que será virtual debido a las circunstancias, la compañía creada por Bethania Joaquinho estrenará composiciones coreográficas de los distintos miembros que la integran, quienes además bailarán al son de música original de Victoria Mussi, Paco Sánchez y Luca García.
Joaquinho subrayó que este año, además de la presentación de los integrantes de la compañía: Nastia Goiburú, Carlos Villasanti, Carlos Fossatti y Macarena Candia, cuentan con la participación especial del Elenco Alas Abiertas, Compañía Danza ISBA, Paz Ayala y Junior Caballero, como invitados.
“El objetivo de este ciclo es fomentar y potenciar la creación de obras resultantes del trabajo de búsqueda e investigación de artistas nacionales”, mencionó Joaquinho, quien está al frente de este proyecto que cuenta con apoyo del Fondec, Estero Bellaco y Crear en Libertad. La realización audiovisual y streaming están a cargo de Parsouth Entertainment, la iluminación por Virgilio Centurion, y fotografía de Álvar Fañez y Veroca.
Sobre las obras
Creada por Fossatti y con interpretación de Candia, se podrá disfrutar de “Despojo”, que muestra cómo “el andar cotidiano vislumbra por encima del miedo, los logros y los fracasos, los estragos del amor, las luchas internas, los apegos y desapegos que al momento de aliviar y equilibrar la carga hacia avances más óptimos, sólo queda despojarse de aquello que tal vez ya sea innecesario”.
“Eutimia”, dirigida por Joaquinho y bailada por toda la compañía, habla de cómo “a diferencia de las emociones, como el miedo o la sorpresa, un estado de ánimo puede durar horas o días. Una forma de permanecer, de estar, cuya duración es prolongada y destiñe sobre el resto del mundo psíquico”.
Goiburú dirige “Impulso”, también a cargo de toda la compañía. “Las consecuencias de la crisis climática son una realidad presente a nuestro al rededor, cada vez más. Solos no podemos salir ¿Cuál es el empujón que necesitamos para exigir cambios por un mundo mejor?”, se pregunta esta pieza.
Villasanti presentará “Cotidianidad”, al servicio de Candia y Joaquinho. En esta pieza, “el peso de lo cotidiano resulta cada vez más monótono y grisáceo” se representa en dos situaciones en circunstancias diferentes, pero situaciones al fin.
“Alaya” es la propuesta de Candia, interpretada por la compañía. “Almacén de la conciencia. El inconsciente, la conciencia hereditaria que contiene y recibe todas las potencialidades y alimenta la conciencia del ser. Es por donde pasan las semillas karmikas para suscitar la actividad psíquica que crea la ilusión de una individualidad”, detalló la autora.
El impulso del trabajo en conjunto
La directora de la compañía comentó a ABC que el hecho de poder estar presentando este ciclo es en gran parte gracias al apoyo de sus bailarines y de toda la gente que ofreció su apoyo para no dejar de generar arte. Si bien para ella durante toda la cuarentena atravesó momentos de dificultad o incluso se planteó la idea de parar con la compañía, eso no sucedió.
Joaquinho diferenció su proceso durante el confinamiento en dos etapas. Primero, como intérprete y creadora, dijo que el contexto le dio “herramientas, posibilidades y también un poco de tiempo para hacer una introspección”. Así observó qué cosas funcionaban y qué no. “Pude realmente tomarme libertad y tiempo para explorar cosas que en el trajín de un año “normal” no tengo mucha posibilidad de hacer, ya que el trabajo de dirigir, producir, bailar, interpretar es muy agotador, entonces siempre estoy al límite del tiempo”, manifestó, para subrayar que potenció su calidad de intérprete y creadora.
Como productora y directora sí fue un proceso difícil y “lo sigue siendo”, reconoció. Bethania confirmó que, por lo general, al trabajar proyectos de forma independiente usa sus propios ingresos para hacer su producción, porque “los fondos de los apoyos siempre llegan después”, cosa que es “normal” incluso en una realidad sin pandemia.
“Sí me encontré con una pared en la que dije: ‘bueno hasta aquí llegamos’, la compañía este año no va para nada. Pero siempre ese motor creativo es tan grande y esa necesidad es tan fuerte”, aseguró, por lo que decidió no bajar los brazos. Agradeció con especial cariño a su equipo. “Uno se tira a llorar; querés dejar todo, y en ese momento de crisis es donde aparecen artistas y otra gente que te pasa la mano, te alza, te carga en brazos y te dice: vamos para adelante”, cerró.