Ismael Serrano canta al futuro

“Yo no he sido muy capaz de componer de manera explícita sobre la pandemia. Tengo compañeros, amigos y amigas que han hecho canciones maravillosas que a mí me han ayudado casi a sobrellevar la adversidad, pero yo no fui capaz”, comentó el artista español, que lleva más de 20 años de carrera y 16 discos editados.

Sostuvo que en este álbum de 13 canciones, que llegó el pasado 23 de abril a las plataformas digitales, deseaba más cantarle “a esa vida que había quedado congelada”, al tiempo de hacer introspección y autocrítica.

“Me apetecía cantarle a lo pendiente, a la búsqueda de un relato propio, generacional, colectivo. Me apetecía eso, hablar de la vida congelada y que de alguna manera estamos recuperando ahora en este largo deshielo que supone la vuelta a una cierta normalidad. Es un disco que está, inevitablemente marcado por la coyuntura, pero también por el deseo de que seamos capaces de levantar la mirada y recuperar esa visión periférica que parece que hemos perdido ante la dificultad de las circunstancias”, expresó.

Lucha femenina

Y en esa introspección, el artista también reflexionó acerca de las mujeres de su vida. Con su pareja, la actriz y cantante argentina Jimena Ruíz Echazú, grabó “Cuando llegaron ellas”, un destaque a las movilizaciones de las mujeres en todo el mundo.

“Al día de hoy, la lucha por un mundo mejor, la lucha contra el fascismo y la desigualdad la protagonizan las mujeres. Las movilizaciones de mujeres en todo el mundo, antes de la pandemia, desbordaban toda previsión e iban creciendo cada año, sobre todo porque muchas chicas jóvenes se incorporaban por edad natural a la lucha feminista, que es la lucha de todos aquellos que cuestionamos el modelo en el que vivimos”, expresó.

Al respecto, Serrano recordó que en varias ocasiones acompañó a las marchas a su mujer y su hija, Lila, nacida en 2014. “Me apetecía cantarla con ella porque es el reconocimiento de un cierto sentimiento de deuda que uno tiene porque es el futuro de mi hija, se trata de nuestras hijas, de nuestros hijos. Me parecía bonito cantar juntos esta canción por Lila, por nuestra hija”, acotó.

Serrano también reconoce a las madres y cuidadoras en “La primera que despierta”, un tema que comparte con Pablo Alborán.

“A mí lo que me preocupaba era que se entendiera como una romantización del sacrificio, que en ningún caso quería que fuera así”, detalló acerca de esta balada.

“Finalmente habla de eso, quién cuida a quien nos cuida, quién le devuelve el futuro, esa renuncia constante que se naturaliza y se vuelve ineludible, en el caso de la mujer”, remarcó el artista. Subrayó que este reconocimiento debería ir más allá de lo ético, también en lo económico.

“Ahora se está reconociendo en muchos lugares el derecho a que las mujeres tengan la pensión que merecen, la retribución que merecen. Aún queda muchísimo camino por recorrer a ese respecto”, añadió.

Contraste musical

A la mitad del álbum, Serrano sorprende con una cumbia que toma el título de la famosa novela de Ray Bradbury, “Fahrenheit 451”.

“Me divierte eso de agarrar ritmos tradicionales que tienen un cierto carácter de celebración para convertir esos ritmos en un vehículo de denuncia, por así decirlo. Me parece divertido ese contraste”, refirió.

En esta canción, a la que refiere como “la letra con más rabia del disco”, busca hacer “un paralelismo entre la distopía que describió Bradbury en su novela y la realidad”.

“Hacía un paralelismo entre aquellos bomberos que quemaban los libros y las llamas que a veces uno adivina tras la pantalla del ordenador, del teléfono celular, a través de las redes sociales o incluso también de los informativos. Las mentiras que pretenden construir un relato alternativo que no se corresponde con la realidad, que responden a intereses políticos y a intereses económicos muy concretos”, detalló.

Con relación al proceso de grabación de “Seremos”, afirmó que “hubo de todo”. “Hubo una parte difícil y otra en la que pudimos sortear algunas dificultades y reunirnos, siempre con las precauciones necesarias”, explicó.

Detalló que con Pablo Alborán tuvieron que grabar a distancia, pues el cantante de “Pasos de cero” se encontraba fuera de Madrid. Pero sí pudo reunirse con Clara Alvarado, Litus y Ede, que también participan en el álbum.

Afirmó que en este tiempo todo es difícil y correoso, y que “las agendas saltan por los aires a la mínima”. “Esta ha sido una grabación más larga de lo normal y con algún incidente, pero un poco sujetos a que alguien daba positivo y mejor esperar”, detalló.

“Nos vimos más de lo que esperábamos y menos de lo que quisiéramos”, resumió.

La luz al final del túnel

Mientras en España avanza el plan de vacunación, el artista detalló que están preparando una serie de conciertos al aire libre.

“Aquí la cultura está siendo muy cuidadosa, en términos generales, porque nos jugamos mucho. Hemos sido muy cuidadosos y no se nos ha tenido tan en cuenta el esfuerzo de productores, de músicos, de compañías de teatro y tantos profesionales que al día de hoy lo están pasando mal”, expresó.

Recordó que aún hoy sigue habiendo gente internada y muriendo por el covid-19, pero “se vislumbra una luz al final del túnel”.

“En esa luz se ven también los focos de los conciertos, de los escenarios que muy pronto podemos visitar”, añadió.

Entre esas visitas, Serrano espera también retornar a Paraguay, donde asegura tiene buenos amigos como el cantautor Hugo Ferreira, con quien compartió el escenario en su paso por Asunción en 2019. “Es bonito ver cómo compartimos vida de alguna manera, cómo nuestro crecimiento personal nos acompaña en la vida”, expresó el artista.

Agregó que una de las cosas que más extraña con esta situación es viajar, “que forma parte de la esencia del oficio”.

Finalmente, mientras trabaja en planes de giras para los próximos meses, subraya ese círculo que se cierra cuando se presentan las canciones ante el público.

“Las canciones solo se terminan cuando se cantan sobre el escenario, porque adquieren otra dimensión, otra lectura, porque es otro pozo. Es como que de repente la canción cristaliza y atinas a ver cosas en ella, atinas a sentirlas, a cantar cosas que estaban, que de alguna manera habías depositado de forma inconsciente, pero que no habías reparado en ella”, expresó.

Agregó que también forman parte del proceso de las canciones, “cuando las cantas sobre el escenario, las reposas, las compartes, y alguien te hace una devolución con respecto a la lectura que ha hecho de ese tema”.

“De verdad uno siente que está incompleta la canción cuando aún no se ha cantado, cuando aún no se ha compartido”, concluyó.