“Resident Evil: Bienvenidos a Raccoon City”

Este reinicio de la saga “Resident Evil” es el peor tipo de adaptación de videojuegos: el que copia el material de origen quitándole la interactividad de los juegos pero olvidándose de poner nada nuevo en compensación, confundiendo referencias por entretenimiento.

Resident Evil bienvenidos a Raccoon City película
Avan Jogia y Kaya Scodelario en "Resident Evil: Bienvenidos a Raccoon City", desde esta semana en cines de Paraguay.Sony Pictures

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Mucha gente está a punto de darse cuenta de que debe disculpas a Paul W.S. Anderson y Milla Jovovich, porque a pesar de las múltiples quejas válidas que uno puede tener de sus adaptaciones al cine de la popular serie de videojuegos Resident Evil, esas películas nunca fueron aburridas.

Bienvenidos a Raccoon City, el “reinicio” cinematográfico de Resident Evil, se ciñe mucho más estrechamente a la historia y las locaciones de los juegos, específicamente los dos primeros de la saga, pero lo hace sin entusiasmo, sin creatividad y claramente sin el presupuesto necesario.

La historia es una desabrida remezcla de los eventos de los primeros dos juegos, que como aquellos trascurre en 1998 en la ficticia localidad estadounidense de Raccoon City, un pueblo dedicado a albergar a empleados de la empresa farmacéutica Umbrella.

La compañía decidió mudar sus operaciones, por lo que solo unos pocos empleados, policías y “aquellos demasiado pobres para irse” permanecen en la ciudad cuando un brote viral comienza a transformar a algunos de los habitantes en zombis o en monstruosidades aún peores.

En su afán por encajar la mayor cantidad posible de referencias, personajes y locaciones que los fans de los juegos puedan reconocer, la película toma la fatal decisión de combinar los argumentos de los dos primeros juegos, algo que a primera vista tiene algo de sentido porque Resident Evil y Resident Evil 2 en sus formas originales no son historias particularmente complicadas, y trascurren de forma más o menos simultánea.

Pero aún teniendo en cuenta esa relativa simplicidad, la película se difumina demasiado al dividir su tiempo entre tantos personajes, al punto que se olvida de darles personalidades más allá de sus nombres reconocibles y alguna que otra pieza de vestuario que asemeja a la de las versiones poligonales de esos personajes.

La primera Resident Evil de Paul W.S. Anderson tomaba solo la premisa básica de los juegos y la usaba como trampolín para hacer su propia interpretación del espíritu de los juegos, sacrificando los guiños a los fans en pos de una historia mucho más centrada y propulsiva, con la profundidad de un charco en la calle pero que fluía de forma entretenida con dosis decentes de acción y secuencias tan memorables que incluso acabaron siendo referenciadas en los juegos futuros.

El “reinicio” del director Johannes Roberts, en cambio, se siente como una serie de eventos que pasan “porque sí”, sin demasiado contexto ni motivación, y la película es dolorosamente incapaz de recrear de forma efectiva los acontecimientos de los juegos porque simplemente no tiene el presupuesto – o el talento – para plasmar en pantalla el caos del brote zombi en Raccoon City o la opresiva atmósfera de tensión que pesa sobre cada majestuoso salón o claustrofóbico pasillo de la mansión Spencer.

Al principio el texto introductorio que habla de que solo algunos empleados y vecinos demasiado pobres para irse permanecen en Raccoon City parece insinuar que la película tiene algo qué decir sobre el poder desmedido de las corporaciones y la facilidad con que ese poder les puede permitir llevar a cabo acciones inmorales – un tema central en los juegos – pero la película nunca hace nada con esa vertiente temática, por lo que uno debe concluir que simplemente era una excusa para no tener que pagar demasiados extras.

Hay una toma panorámica aérea de Raccoon City que la película parece reciclar al menos tres veces.

Salvo por una breve secuencia en que el equipo de policías en la mansión es atacado por su primer grupo de zombis, una escena que logra traducir bastante bien la experiencia de ansiedad y peligro del juego correspondiente sin sentirse solo como una copia; la acción en la mayor parte del filme es mediocre, filmada de forma mareante y traicionada por pobres efectos digitales.

Entre las pocas cosas positivas que se pueden decir de la película, se puede mencionar que la banda sonora de clásicos de los 90 es decente – My Favourite Game the The Cardigans es una canción que nunca viene mal –, parte del elenco se defiende admirablemente – Kaya Scodelario como Claire Redfield y Hannah John-Kamen como Jill Valentine en especial – y muy de vez en cuando la película tiene una escena inesperadamente novedosa, como el (intencionalmente) ridículo momento en que el primer zombi entra a la estación de policía.

Pero en general, Resident Evil: Bienvenidos a Raccoon City no ofrece nada de valor que uno no pueda encontrar abriendo YouTube o Twitch y buscar una buena grabación o transmisión de algún “streamer” jugando los juegos.

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<b>RESIDENT EVIL: BIENVENIDOS A RACCON CITY (Resident Evil: Welcome to Raccoon City)</b>

Dirigida por Johannes Roberts

Escrita por Johannes Roberts (basada en una serie de videojuegos de Capcom)

Producida por Hartley Gorenstein, James Harris, Robert Kulzer y Martin Moszkowicz

Edición por Dev Singh

Dirección de fotografía por Maxime Alexandre

Banda sonora compuesta por Mark Korven

Elenco: Kaya Scodelario, Robbie Amell, Tom Hopper, Hannah John-Kamen, Avan Jogia, Neal McDonough, Donal Logue, Chad Rook, Marina Mazepa, Nathan Dales, Lily Gao

Enlance copiado
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