/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/abccolor/O46O73WRMJHTBNCKISQ2OBIJQQ.jpg)
Cargando...
Se había barajado la posibilidad de prorrogar a Meyer, que es también director artístico de La Scala desde 2020, pero el 8 de agosto de 2025 cumplirá 70 años, la edad máxima para los responsables de fundaciones de ópera y sinfónica según una polémica reforma del Gobierno de la ultraderechista Giorgia Meloni, por lo que se ha optado por esta solución.
"Después de tres superintendentes extranjeros, Stéphane Lissner, Alexander Pereira y Dominique Meyer, un italiano regresa a La Scala y esto sucede pocos meses después de la consagración del arte del canto lírico como patrimonio de la humanidad por parte de la UNESCO", celebró el ministro de Cultura, Gennaro Sangiuliano.
Ortombina ocupará el cargo a partir del próximo 1 de septiembre, mientras que el contrato de Meyer se prorrogará del 28 de febrero al 1 de agosto de 2025 para garantizar una continuidad en el templo de la música milanesa.
"Los consejeros han expresado unánimemente su voluntad de reconocer una extensión temporal de los cargos por una serie de razones: primero, para reconocer y apreciar el trabajo de Meyer; luego, pragmáticamente, para permitir a Meyer cerrar el presupuesto 2024 y llevar a cabo parte de la programación ya definida", explicó Sala.
El actual director musical, Riccardo Chailly, permanecerá en el puesto hasta 2026 cuando será sustituido por el maestro Daniele Gatti.
El pasado octubre, un Tribunal de Nápoles (sur) rehabilitó como director del histórico Teatro San Carlo a Lissner, cesado abruptamente por la reforma del Ejecutivo de Meloni, impugnada ante el Tribunal Constitucional.
Lissner, autor de la modernización del San Carlo, fue destituido el año pasado, a pesar de que su encargo expiraba en 2025, y en su lugar el Ejecutivo ultraderechista nombró a Carlo Fuortes, que hasta la fecha desempeñaba el cargo de consejero delegado de la televisión pública RAI con la intención, según la oposición, de tomar su control.
Asimismo, miembros del Gobierno como el subsecretario de Cultura, Vittorio Sgarbi, expresaron sus dudas de que "extranjeros" dirijan instituciones de alto prestigio, como el San Carlo, La Scala de Milán -gestionada por Meyer- o la Galería de los Uffizi de Florencia -con el alemán Eike Schmid al frente-.