“Selva trágica”

Indira Rubie Andrewin en "Selva trágica".Netflix

Un hipnótico y perturbador cuento ambientado en la profundidad de la selva centroamericana, donde la realidad se difumina, la mitología cobra vida y los hombres se pierden en un laberinto místico.

audima

(Disponible en Netflix)

La película mexicana Selva trágica es uno de esos filmes que son particularmente difíciles de caracterizar, ya que va mutando y retorciéndose en nuevas formas a medida que va avanzando, dejando al espectador con la sensación de estar perdido en las profundidades de una jungla indiferente, cuyo laberinto de verde y marrón marea, confunde y hace imaginar horrores ocultos entre las ramas.

El filme comienza con la huída de una mujer beliceña, Agnes (Indira Rubie Andrewin), prometida de un rico y cruel barón inglés. Agnes y sus acompañantes se adentran en la selva de la frontera entre Bélice y México, pero su huida dura poco antes de que el grupo sea alcanzado por sus perseguidores y abatidos.

Poco después, un grupo de trabajadores mexicanos encargados de cultivar chicle de los árboles de la selva encuentran a Agnes y la llevan a su campamento, donde pronto una serie de eventos trágicos e inexplicables comienzan a darse.

El punto reciente de comparación más lógico para Selva trágica son las dos películas del director Robert Eggers, La bruja y El faro, que al igual que la historia de la directora Yulene Olaizola son obras en las que las supersticiones envuelven la realidad con un manto místico y amenazan con llevar a sus protagonistas a una perdición que ellos mismos invitaron.

Como los bosques de Nueva Inglaterra en La bruja o la gélida y rocosa costa oceánica de El faro, la jungla de Selva trágica es como otra dimensión removida del mundo “normal”, como un organismo vivo que no es abiertamente hostil con los invasores humanos sino relativamente indiferente, pero que no perdona trasgresiones y despacha emisarios animales o seres de leyenda como si fueran glóbulos blancos combatiendo una infección.

No es una película difícil de entender, de hecho el filme se encarga de explicar con toda claridad – aunque en un lenguaje poético e indirecto – exactamente lo que está pasando por medio de una narración en maya que reaparece cada tanto para narrar una leyenda cuya protagonista parece influenciar las acciones de los trabajadores mexicanos, embriagándolos en lujuria y codicia.

Así la película va adquiriendo un tono como de un sueño semi-despierto (o una pesadilla), en que la muerte va pasando de ser una tragedia a una realidad neutral, una parte más del tapiz de la selva, parte del ciclo.

Las actuaciones siguen ese tono, haciendo un coro de timidez, miedo y amenaza palpable; son actuaciones intencionalmente apagadas, de parte de un elenco que hace un muy buen trabajo a la hora de interpretar a gente que parece atrapada en un estado de entumecimiento emocional adecuado para lo que se siente como un sueño compartido.

Con su ritmo lento pero atrapante, su uso casi nulo de banda sonora que permite que los sonidos de la jungla sean su orquesta, y su narración mitológica, Selva trágica es como la versión cinematográfica de un cuento que se contaría en susurros alrededor de alguna fogata en el monte.

---------------------------------------------------------------------------

SELVA TRÁGICA

Dirigida por Yulene Olaizola

Escrita por Yulene Olaizola y Rubén Imaz

Producida por Yulene Olaizola, Rubén Imaz, Pablo Zimbrón Alva

Edición por Yulene Olaizola, Rubén Imaz, Pablo Chea e Israel Cárdenas

Dirección de fotografía por Sofía Oggioni

Banda sonora compuesta por Alejandro Otaola

Elenco: Indira Rubie Andrewin, Gilberto Barraza, Mariano Tun Xool, Eligio Meléndez, Gabino Rodríguez, José Alfredo González Dzul, Antonio Tun Xool, Eliseo Mancilla, Cornelius McLaren, Shantai Obispo, Gildon Roland, Dale Carley

Lo
más leído
del día