HONG KONG (AFP). El activista Joshua Wong, una de las figuras más destacadas del movimiento pro democracia de Hong Kong, y sus compañeros militantes Iván Lam y Agnes Chow fueron detenidos tras declararse culpables por su papel en unas manifestaciones de 2019 y en las que se mantengan las libertades democráticas de las que goza Hong Kong, en particular, la libertad de expresión y la independencia de la justicia.
Desde el año pasado, la ex colonia británica ha vivido su peor crisis política desde su retrocesión a Pekín en 1997, con protestas casi diarias para denunciar la influencia de China en la región semiautónoma, sobre todo en la justicia.
En China la justicia está bajo la influencia del Partido Comunista, el verdadero centro del poder.
A pesar de la magnitud de la movilización, con manifestaciones de más de un millón de personas, el ejecutivo de Hong Kong, alineado con Pekín, no ha hecho ninguna concesión sobre la cuestión crucial del sistema de votación.
Y las autoridades respondieron con una fuerte represión del movimiento pro democracia.
Sentencia
Los tres activistas fueron puestos en prisión preventiva en espera del anuncio de la decisión del tribunal el 2 de diciembre.
Esto significa que es casi seguro que reciban una sentencia de prisión. El tribunal al que se recurra no podrá imponer penas superiores a tres años de prisión.
Joshua Wong, de 24 años, está procesado junto con otros dos conocidos disidentes, Iván Lam, de 26 años, y Agnes Chow, por una manifestación celebrada frente a la sede de la policía de Hong Kong el 21 de junio de 2019, diez días después de que estallara el movimiento de protesta.
“Continuaremos luchando por la libertad, y ahora no es momento de inclinarnos ante Pekín y rendirnos”, añadió Wong, que en el verano de 2014 se convirtió en el rostro visible del “Movimiento de los paraguas”.
“No nos arrepentimos”, señaló por su parte Iván Lam.
Lanzando huevos y pintando grafitis, los manifestantes vandalizaron la sede de la policía y varias comisarías de barrio, reclamando una investigación independiente de la supuesta “violencia” cometida por las fuerzas de seguridad.
Wong se declaró culpable de incitar y organizar una reunión ilegal. Lam se declaró culpable de incitación y Agnes Chow, de 23 años, se declaró culpable de incitar y participar en la manifestación.