WASHINGTON (AFP). Los servicios de inteligencia estadounidenses aún no descartan la hipótesis de un accidente de laboratorio para explicar la aparición en Wuhan, China, de la pandemia de covid-19, indicaron este miércoles sus responsables.
“La comunidad de inteligencia no sabe exactamente dónde, cuándo o cómo se transmitió inicialmente el virus covid-19”, afirmó la directora de la inteligencia estadounidense, Avril Haines, a un comité del Senado.
Mencionó las “dos teorías” que explican el origen del coronavirus: el contacto humano con animales infectados o un accidente de laboratorio.
“Estamos ahí”, agregó. “Pero seguimos trabajando en este tema, estamos recopilando información y estamos haciendo todo lo posible para darle la mayor fiabilidad” a las explicaciones sobre el origen de la pandemia.
“Estamos haciendo todo lo que podemos y estamos utilizando todos los recursos a nuestra disposición para arrojar luz sobre esto”, agregó de su lado el director de la CIA, William Burns.
Pero “lo que está claro para nosotros y nuestros expertos es que los líderes chinos no han sido del todo francos ni transparentes en su cooperación” con la Organización Mundial de la Salud (OMS) acerca del tema, añadió.
Los servicios de inteligencia están cooperando con otras agencias gubernamentales y universidades para tratar de determinar la procedencia exacta del virus, sostuvo por su parte el general Paul Nakasone, jefe de la agencia de inteligencia militar, la NSA.
China continental está sometida a un régimen comunista, donde el gobierno lo controla todo, principalmente la información, y la censura es ampliamente utilizada.
Cuando a fines de 2019 un médico de la ciudad de Wuhan notificó los primeros casos, fue apresado y obligado a que dejara de dar informaciones públicas sobre la enfermedad.
Además, debió volver a trabajar, sin las medidas de protección adecuada, y terminó contagiándose y muriendo de la enfermedad.
Incluso se expulsó a periodistas extranjeros que comenzaban a dar noticias sobre lo que estaba pasando.
Solo cuando las informaciones habían adquirido notoriedad internacional, y se empezaron a registrar casos en otros países, el régimen comunista aceptó que algo estaba pasando.