“Constatamos un repentino incremento en los últimos meses de la política de EE.UU. de desestabilización de la situación en la isla, incentivando los ánimos de protesta desde el exterior, incluido a través de las redes sociales”, comentó María Zajárova, portavoz de Exteriores.
Zajárova recordó que la marcha, "inspirada por ciertos círculos opositores", no ha recibido permiso de las autoridades.
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Denunció que “altos funcionarios”, incluido el secretario de Estado, Antony Blinken, y representantes de EE.UU. en La Habana emitieron decenas de declaraciones y tuits en los que animan a “revertir el orden constitucional vigente en el país”.
Aludió, en concreto, a la Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional como el patrocinador de las acciones antigubernamentales en Cuba.
“Desde el extranjero se caldea el ambiente de manera artificial. Se acallan las secuelas del reforzamiento sin precedentes de la política sancionadora de EE.UU.”, señaló y acusó a los radicales dirigidos desde Washington y Miami de crear “descontento social” especulando sobre el “hartazgo” de los cubanos con la situación social.
Zajárova condenó "firmemente" tal injerencia y, en el marco de las "estrechas" y "amistosas" relaciones con el Gobierno y el pueblo cubano, aseguró que Moscú ofrecerá "toda clase de ayuda a Cuba".
Y recordó las medidas adoptadas por las autoridades cubanas para combatir la pandemia de la covid-19, incluido la inmunización de la gran mayoría de la población con preparados locales, y la gradual introducción de elementos de la economía de mercado.
La marcha pacífica para pedir un cambio político en Cuba recorrerá este lunes varias ciudades del país, pese a no haber sido autorizada por el Gobierno.
La marcha ha sido promovida por la plataforma virtual Archipiélago, liderada por el dramaturgo y activista Yunior García Aguilera, retenido desde este domingo en su domicilio.
El objetivo de la marcha, según explicó él mismo a Efe en una entrevista la semana pasada, "es sacudir un país, hacer que la gente tome conciencia, generar un debate que provoque cambios", algo que espera que ocurra "de la manera más pacífica y cívica posible".
El Gobierno cubano consideró “ilícita” la protesta, al considerar que detrás se encuentra la “estrategia imperial” de Estados Unidos, como dijo la semana pasada el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel.