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"Esperamos que la cifra de infectados con esta mutación aumente de forma rápida las próximas semanas. Esto, junto con la carga que ya hay en el sector sanitario, hace que califiquemos la situación de grave", señaló en un comunicado la jefa de departamento del Instituto de Salud noruego (FHI), Line Vold.
El FHI considera "probable" que la ómicron sea más contagiosa que la delta y que sea la dominante a finales del próximo mes, pero "poco probable" que sea más peligrosa para los vacunados, incluso "quizás" con menos casos serios de covid-19.
Así recuerda que ya hay transmisión comunitaria de ómicron en Noruega, con 29 casos confirmados, y que la semana pasada hubo un gran brote en una cena de Navidad en Oslo, además de que no hay ninguna "seguridad" de que la situación vaya a cambiar y la variante puede saturar aún más la sanidad.
"Por eso son necesarias medidas más duras para mantener el control y tener una visión clara, a la vez que adquirimos más conocimiento y vacunamos a más", afirmó Vold, quien cuenta con que las vacunas seguirán proporcionando un alto grado de protección contra casos severos, independientemente de la mutación.
El Gobierno noruego tiene previsto anunciar más tarde nuevas restricciones, siguiendo la recomendación del FHI, una semana después de introducir medidas como un test de antígenos al llegar al país o la obligación de llevar mascarillas en transporte público, tiendas y otros espacios interiores en regiones con alta incidencia.
Noruega, uno de los países menos afectados de Europa por la pandemia de coronavirus, ha registrado cifras récord de nuevos casos en las últimas semanas.
Las autoridades notificaron hasta ahora 285.488 infectados y 1.096 muertos, con un índice de mortalidad de 20,44 por cada 100.000 habitantes, uno de los más bajos del continente.